El Atlético no ejecutó la opción de compra al Milan, que ayer expiraba, del central Fabricio Coloccini. El problema no es, desde luego, el rendimiento del defensa argentino, sobresaliente en las siete últimas jornadas. Las dificultades son económicas, aunque, desde el club, se argumenta que, sin un director deportivo en el cargo, no se pueden tomar decisiones que afecten a la próxima temporada.
Expulsado el portugués Paulo Futre, el cargo le ha sido propuesto a Toni Muñoz, que, posiblemente, dará una respuesta afirmativa a lo largo de esta semana.
Sin embargo, el Atlético no renuncia a Coloccini y ha pedido al club italiano que prorrogue la opción hasta mayo, el mismo mes en el que tendrán que negociar el futuro de José Mari. El Milan acepta esta prórroga en la negociación, pero advierte de que las condiciones pactadas ya han quedado invalidadas. Esto supone que si un tercer club pretendiese a Coloccini podría pujar en las mismas condiciones que el rojiblanco.
El jugador se muestra tibio y asegura que le gustaría quedarse en el Atlético, pero que tampoco le desagrada la idea de regresar al Milan. No obstante, uno de los argumentos que esgrime el club rojiblanco ante el lombardo es el deseo de Coloccini de seguir en Madrid. El suramericano aseguró ayer no saber "nada" de su futuro.
Por otra parte, la asociación Señales de Humo, opositora a la gestión de Jesús Gil, sigue acumulando accionistas de la entidad para la reunión del Consejo de Administración, prevista para mayo. El pasado viernes incluso empezó la compra de títulos, en competencia con la familia Gil. El grupo opositor ofrece diez euros más que el actual dirigente del club y ha recibido ofertas de venta, aunque su posición es la de convencer a los accionistas de que conserven los títulos y los pongan al servicio de la oposición a Gil.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 1 de abril de 2003