Cinco militares fallecieron ayer al estrellarse en un páramo de Villanueva de los Infantes, a unos 20 kilómetros de Valladolid, por causas desconocidas, el helicóptero del Ejército de Tierra con el que participaban en unas prácticas. El aparato, de la clase BO-105, un helicóptero ligero concebido para la lucha anticarro, pertenecía a la base aérea de Agoncillo, cerca de Logroño, y se encontraba de maniobras por la zona de Cabezón de Pisuerga. Tres de los fallecidos eran cadetes de la Academia de Caballería de Valladolid, y los otros dos, los pilotos de la aeronave, también suboficiales.
El helicóptero militar se precipitó contra el suelo sobre las 17.30, cuando sobrevolaba la zona denominada el Páramo de Valdecós, situada a unos dos kilómetros de Villanueva de los Infantes y a 20 de la capital de Castilla y León. El aparato estalló nada más chocar contra el terreno e inmediatamente se desató un virulento incendió. Cuatro de los ocupantes (dos cadetes, un sargento y un sargento primero) murieron en el acto. El quinto ocupante, también cadete, pudo ser rescatado de las llamas por dos agricultores que se encontraban en las inmediaciones, pero, debido a que el militar tenía quemaduras en el 90% de su cuerpo, falleció allí mismo sin que nada pudiera hacerse por su vida.
El accidente fue presenciado por José Antonio H. B., vecino de la localidad, quien relató a la agencia OTR Press que se acercó a la zona al escuchar la explosión del helicóptero. Allí vio llamas de unos tres metros de altura y cómo era rescatado uno de los militares con la ropa aún incendiada. "Se encontraba consciente, pero hubo que ayudarle a quitarse las ropas y las botas porque las tenía totalmente calcinadas", dijo el testigo. El aparato quedó reducido a un amasijo de hierros quemados.
De prácticas
El helicóptero y sus ocupantes estaban participando junto a otros dos aparatos en unas prácticas, enmarcadas dentro del Plan General de Instrucción de la citada academia, en la zona situada entre las poblaciones vallisoletanas de Renedo y Cabezón de Pisuerga, según explicó junto al helicóptero siniestrado el delegado del Gobierno en Castilla y León, Isaías García Monge.
Las aeronaves procedían de la base militar del Agoncillo, muy cercana a Logroño, pero los militares habían partido de la base de El Empecinado, sita en Renedo Cabezón, para ser parte activa de unas maniobras sobre embarque y desembarque rápido.
Dos de los ocupantes eran pilotos del Agoncillo, pertenecientes a las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra, mientras los otros tres eran cadetes en prácticas de la Academia de Caballería de Valladolid. Los fallecidos son los pilotos suboficiales J. R. P. P. y F. G. S. y los suboficiales alumnos I. O. C., S. S. M. y A. T. P., según fuentes de la Región Militar Noroeste. Todos tenían entre 25 y 35 años.
Hasta la zona se desplazaron un helicóptero del servicio de emergencias 112, una unidad medicalizada del 061, agentes de la Guardia Civil y el médico de Esguevillas de Esgueva. El testigo relató que tuvo que dar instrucciones muy precisas a los rescatadores. "Me tuvieron no sé cuánto tiempo al teléfono porque no sabían dónde se encontraba el pueblo y me pidieron todo tipo de explicaciones", aseguró.
Anoche continuaba acordonada la zona del siniestro por miembros de la Guardia Civil y del Ejército para llevar a cabo las primeras investigaciones sobre el origen del suceso, que están a cargo de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial del instituto armado. El titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Valladolid se personó también en el lugar del accidente para ordenar el levantamiento de los cadáveres, que fueron trasladados al Instituto Anatómico Forense para practicarles la autopsia.
52 fallecidos en 26 años
Un total de 52 personas han muerto en accidentes de helicópteros militares ocurridos en los últimos 26 años. El anterior accidente de un helicóptero militar data del 21 de enero de 2002, y en él fallecieron un capitán y dos tenientes del Ejército de Tierra en Colmenar Viejo (Madrid). El 14 de julio de 1999 dos suboficiales perdieron la vida cerca de Rota (Cádiz), al caer al mar su aparato. Un mes antes, el 7 de junio, tres militares perecieron al estrellarse su helicóptero en Pajares (Asturias). El 16 de noviembre de 1994 fallecieron siete militares al capotar un UH-10 en Fuerteventura, tras rozar la nave un tendido eléctrico. El 5 de septiembre de 1990, cuatro militares y un civil perdieron la vida al estrellarse un helicóptero del Ejército de Tierra en Tenerife durante un entrenamiento nocturno. El 2 de marzo de 1989, dos capitanes y un subteniente del Ejercito del Aire murieron al precipitarse el helicóptero que pilotaban en Madrid. El 13 de mayo de 1986, un teniente y dos cabos perecieron y otro desapareció al chocar contra el portaaviones Dédalo. En 1985 se registraron dos accidentes que causaron la muerte a tres personas. El 11 de noviembre de 1982, tres oficiales del Ejército murieron en Paterna (Valencia), mientras el día 23 del mismo mes falleció el piloto de un helicóptero del Ejército del Aire en Madrid. En junio de 1978 hubo dos accidentes de helicópteros que se cobraron la vida de tres personas. El 21 de abril de 1977, fallecieron siete militares durante un vuelo con aparatos de visión nocturna en Colmenar Viejo (Madrid). El 21 de enero del mismo año, murió un tripulante de un helicóptero de la Armada Española que se precipitó al mar Mediterráneo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 1 de abril de 2003