La Sala Civil del Tribunal Supremo ha anulado la indemnización de cuatro millones de pesetas (24.000 euros) que la Audiencia de Madrid reconoció a un menor, de 14 años de edad, entrevistado por Tele 5 tras haber sido apuñalado. El menor y su madre dieron su consentimiento a la entrevista pero el fiscal de Menores de Madrid presentó una demanda por vulneración del derecho a la imagen que ahora ha sido rechazada por el Supremo.
El fiscal de Menores de Madrid demandó a Tele 5, al director del programa Misterios sin resolver, Pedro Rebaldería, y a su presentador, Julián Lago, por la entrevista, en la que el muchacho contaba que había sido atacado por otros jóvenes, que le golpearon y le asestaron cinco navajazos. La madre también fue entrevistada y afirmó que el joven era muy agresivo y la había denunciado por malos tratos .
El Supremo, ante quienes recurrieron los demandados, destaca el evidente interés público de las entrevistas emitidas, por su relación con la vida de menores en situación de precariedad económica, familiar y social, así como con el régimen de los centros de menores, en uno de los cuales estaba internado el chico, cuando, al salir con unos compañeros, sufrió la agresión.
En alusión a la demanda del fiscal de Menores de Madrid, el Supremo señala que la libertad de información y el derecho a la intimidad e imagen "no pueden tratarse dogmáticamente" ni pueden fijase a priori. "Es imprescindible contemplar el caso concreto", añade, "por lo que no pueden hacerse generalizaciones sobre reportajes en que aparecen menores de edad y dar conceptos abstractos sobre si atenta a su intimidad e imagen".
La sentencia también tiene en cuenta que la entrevista se hizo en presencia de la madre, representante legal del menor. La mujer debió dar su consentimiento por escrito y haberlo puesto en conocimiento del Ministerio Fiscal, pero el no hacerlo fue responsabilidad suya y no de la cadena.
La sentencia agrega que la ley también prevé que el consentimiento lo otorgue el propio menor si sus condiciones de madurez lo permiten y concluye que un chico de 14 años, con una "desgraciada y agitada vida" tiene "claras condiciones de madurez para consentir una entrevista por televisión".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 1 de abril de 2003