La Subdelegación del Gobierno en Málaga desmintió categóricamente ayer las acusaciones del Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad (MPDL), que el jueves denunció que inmigrantes del centro de internamiento de Capuchinos fueron obligados a tomar sedantes para que estuvieran más tranquilos. "Los únicos fármacos facilitados a los internos son los prescritos por los médicos en cada caso por lo que es rigurosamente falsa la afirmación de que a algunos se les haya obligado a tomar pastillas sedantes", aseguró la Subdelegación.
El día que el MPDL hizo su acusación, EL PAIS requirió la versión de la Administración pero no hubo réplica. Ayer, emitió una nota en la que además negó que los internos comieran de pie por falta de mobiliario, como afirmó la organización. "La comida se realiza en dos turnos, por lo que es igualmente falso que existan internos que no pueden ir al comedor por falta de espacio", sostiene la nota.
Para la Subdelegación, resulta "extraño" que la ONG hiciera pública su denuncia seis meses después de haber visitado el centro y un par de días más tarde de que tres de sus miembros fueran imputados como de un delito de falsedad documental por permitir el empadronamiento de 1.200 inmigrantes en su sede. La Administración, de la que depende el centro de internamiento, señaló que el MPDL permitió que esos extranjeros se censaran como si ese fuera su "domicilio habitual" y no sólo como lugar para recibir notificaciones, como ha mantenido la ONG. La organización atribuyó la investigación a la policía y la consideró una medida coactiva. El Cuerpo Nacional de Policía dice ahora que se reserva las acciones legales pertinentes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 5 de abril de 2003