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CARTAS AL DIRECTOR

Una foto puede parar una guerra

Cantalobos, Huesca

Quiero felicitarles por haberse decidido a publicar, en el suplemento Domingo, la foto que se está convirtiendo en el auténtico icono de este genocidio. Un día fuimos conmovidos por la imagen de una pequeña vietnamita desnuda huyendo del napalm, por cierto, arrojado por el mismo ejército invasor que arrasa Irak en estos días.

Hoy nos desgarramos por dentro ante esta criatura con los pies arrancados de cuajo por una de las bombas "inteligentes" lanzadas sobre Basora. Esta foto, debidamente ampliada, debería presidir como telón de fondo cada comparecencia de Rumsfeld o Bush, de Blair o Aznar, y de cualquier desalmado que haya impulsado este genocidio, hasta que les chorreara la sangre inocente por sus pulcras corbatas.

Esa niña de verdad, con su cuerpo roto para siempre, debería sustituir esas dos muñequitas sonrientes que nos ofrecen "más seguridad" desde las vallas electorales del PP, para que todos recordáramos la infamia en que ha caído este Gobierno y su obediente partido. El horror de esta imagen, sembrada en los cerebros de toda la gente de paz de este mundo, nos llevará sin duda a movilizarnos con más fuerza, todos juntos, todos, para alzar nuestra voz contra la masacre. El día 12 de abril tendremos otra oportunidad; llevaos esa niña en vuestro corazón y salid a las calles.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 5 de abril de 2003