No hubo quien metiera un gol en Montjuïc, en un partido de mucha tralla estéril y sobredosis de esfuerzos defensivos. No les faltó ambición ni al Espanyol ni al Celta, que se libraron con entusiasmo al fragor de una batalla de lo más intensa. La lucha pareció la viva imagen de dos gladiadores que se jugaran la vida. El Espanyol empujó más y el Celta trazó pocos pero peligrosos contrataques. Dos de ellos acabaron en los palos.
ESPANYOL 0 | CELTA 0
Espanyol: Toni; Torricelli, Lopo, Soldevilla, David García; Domoraud, Iván de la Peña (Morales, m. 60); Maxi, Òscar (Milosevic, m. 67), Roger (Toni Velamazán, m. 81); y Tamudo.
Celta: Cavallero; Velasco, Cáceres, Berizzo, Sylvinho (Juanfrán, m. 68); Luccin, José Ignacio; Edú (Vagner, m. 72), Mostovoi, Gustavo López (Catanha, m. 85); y Mido.
Árbitro: Losantos Omar. Amonestó a Roger, Soldevilla, David García, José Ignacio, Berizzo, Mido y Luccin.
Unos 12.000 espectadores en Montjuïc.
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Los dos equipos jugaron muy estirados y gozaron de dos prontas y espléndidas ocasiones. Sylvinho, bajo palos, salvó la del Espanyol, un cabezazo de Òscar. Y la cepa del poste repelió un tiro de Mostovoi después de un atinado centro hacia atrás de Gustavo López.
El Celta apagó el chisporroteo del Espanyol cegando a De la Peña. José Ignacio y Luccin tomaron la distancia adecuada para confundir los intentos del medio centro para hacer girar el engranaje españolista. Cuando no aparecía la pierna de Luccin, se interponía la de José Ignacio, cuando no, la de alguno de los defensas que actuaban con la comodidad de verlas venir desde muy lejos.
La defensa del Celta no tenía problemas tampoco con Tamudo, que apenas tuvo ocasión de intervenir. Aprisionado e intimidado por la contundencia de Cáceres y Berizzo, el delantero blanquiazul quedó muy diluido. Al Celta le faltó mayor continuidad para hacer sufrir a la defensa del Espanyol. La fogosidad de Mido pudo darle sus frutos al Celta. Un centro de Gustavo López por la izquierda acabó con un excelente remate del egipcio que se estrelló en la escuadra.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 6 de abril de 2003