Bagdad es una capital de 5,5 millones de habitantes dividida en dos grandes ciudades: Kharakh y Russaffa, separadas de este a oeste por el río Tigris. Las dos zonas de Bagdad están unidas por 13 puentes. La ciudad se extiende a lo largo de 50 kilómetros.
El aeropuerto internacional, algunos palacios presidenciales, varias sedes parlamentarias y gubernamentales y algunos de los ministerios más importantes, así como los grandes hoteles -entre ellos el hotel Al Rachid, al que iban los visitantes distinguidos- son los principales lugares situados en la zona oeste, en Kharakh.
A orillas del Tigris y en el centro de Bagdad está el palacio de la República, bombardeado en varias ocasiones desde el comienzo de la guerra. Allí vive una población de barrios residenciales en los que se instalan los habitantes extranjeros, en los barrios de Al Mansur al Yarmuk y Siddiya. Las avenidas son largas, con monumentos y edificios.
Al Rusaffa, en el este de la ciudad, es el escaparate del viejo Bagdad, con sus minaretes, sus viejos zocos populares, sus museos y viejos palacios y sus callejuelas con recovecos y cafés. En esta parte está la plaza Al Tahrir, plaza de la Liberación. En medio de la plaza se alza un inmenso monumento erigido tras la caída de la monarquía, en 1958. Pero algunos ministerios como Petróleo, Comercio, Defensa, Interior e Industria tienen sus sedes en esta orilla del río, donde es dominante la población shií, estrechamente vigilada en inmensos barrios empobrecidos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 6 de abril de 2003