Como española que reside en Estados Unidos, vivo con horror la locura de esta guerra. Vayas donde vayas, te cruzas con miles de banderas: en el trabajo, en el coche, en los domicilios particulares, en las tiendas, en todas partes está presente el patriotismo americano. La gente se viste de rayas y de estrellas en una combinación de rojo, azul y blanco, y así justifican la atrocidad en la que nos ha embarcado el país más poderoso del mundo.
Y siempre, cuando me preguntan, me encanta responder: "Yo no, yo no soy americana, yo soy europea, de la vieja Europa", y como soy morenita, también me identifico y puedo pasar por latinoamericana, ¡qué alivio!
Porque a uno le avergüenza decir que es español, de la España de la mayoría absoluta de Aznar. Señor Aznar, ¿por qué ha involucrado a España en esta sinrazón? Si la causa fue por ser conocido como un líder mundial junto con Bush y Blair, sepa señor Aznar que se ha equivocado, porque aquí, en el país de Bush, nadie le conoce y nunca sale en el telediario.
Finalmente, me gustaría dar las gracias al señor Aznar por ayudar al pueblo a manifestarse en la calle en contra de su política, nacional e internacional. Al final, la gente como yo nos consolamos con saber que a nivel individual y familiar nunca hemos votado ni votaremos al PP. En este momento me da tranquilad espiritual el saber que no he contribuido a elegir a un presidente que tiene tan poco respeto por la opinión de sus votantes y por la vida de hombres, mujeres y niños. Si yo, una ciudadana como tantas, no puedo dormir por la situación en que vivimos, me pregunto cómo puede vivir un presidente y miembros de su partido viendo a niños muertos y sabiendo que son parte de este atentado contra la humanidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 6 de abril de 2003