David Beckham, el figurín rubio del Manchester, el ídolo de quinceañeras, salió del Bernabéu con el gesto torcido, la mirada concentrada y las palabras flotando en el aire en forma de susurro. El centrocampista inglés, ya con sus característicos aritos en las orejas y el pelo dibujando la onda correcta, confesó que la visita al Madrid había sido "un desastre". La causa que adujo el jugador fue: "Hemos salido al campo con demasiado respeto por el rival, acobardados y eso nos ha perjudicado mucho". Siempre silbando las palabras, en un inglés casi inaudible, la estrella fue muy sincera y no dudo en afirmar: "El Madrid ha hecho lo que ha querido con nosotros. Han jugado a placer".
El máximo goleador de la competición europea, el holandés Van Nistelrooy, también se detuvo para dejar un par de frases sueltas sobre sus impresiones. Para el ariete el encuentro había "tenido dos caras. En la primera el choque fue claramente del Madrid, pero en la segunda nosotros hemos tenido nuestras oportunidades". El delantero recalcó que su gol había sido "muy importante para intentar la remontada en Manchester". En opinión de Van Nistelrooy la renta del Madrid "es muy buena porque tres goles son muchos". Sin embargo el jugador se conjuró al ambiente de Old Trafford y recordó que "la afición blanca ha creado mucha tensión y un clima muy hostil".
Sir Alex Ferguson, el técnico del conjunto inglés, se mostró de acuerdo con Van Nistelrooy y valoró el gol del holandés "muy importante para intentar la remontada".
También reconoció que los blancos, en ataque, le habían "vuelto loco, no sólo por Raúl sino por la manera de tocar de Figo y Zidane".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 9 de abril de 2003