Los dos principales partidos nacionalistas, CiU y PNV, negociarán con el PSOE la reforma de los Estatutos de autonomía de sus respectivas comunidades (Cataluña y País Vasco) si el PP mantiene su rechazo, aunque este partido gane las elecciones generales de 2004. Así de claro se expresó ayer el conseller en cap de la Generalitat y candidato de CiU, Artur Mas, en un encuentro con los medios de comunicación en Madrid. Mas dijo que su reforma estatutaria "no irá a parar a un cajón" y que si "no logran su negociación a la primera ocasión, lo podrá ser a la segunda o a la tercera". "Ni tenemos prisa y sabemos que la negociación se impondrá porque tenemos razón, nuestra propuesta no rompe nada y es conciliadora".
Una posición similar mantiene el PNV, según asegura su representación parlamentaria en el Congreso de los Diputados. Sus representantes vaticinan que en la siguiente legislatura los nacionalistas volverán a ser imprescindibles para la gobernabilidad de España porque difícilmente ningún partido nacional, PP o PSOE, logrará la mayoría absoluta en el Congreso. Y para ellos, la reforma que propone el lehendakari, Juan José Ibarretxe, se ha convertido en "un referente clave" para el nacionalismo vasco, pese al rechazo que ha encontrado en numerosos ámbitos, desde universitarios a empresariales.
Es la respuesta nacionalista al pronunciamiento del presidente del Gobierno, José María Aznar, de culminar en lo queda de legislatura los traspasos de competencias pendientes y de rechazar la reforma de los Estatutos catalán, propuesta por Artur Mas, Pasqual Maragall (PSC), ERC, y el vasco, por Ibarretxe porque el Ejecutivo "no está dispuesto a abrir una segunda transición".
El responsable autonómico del PSOE, Juan Fernando López Aguilar, distingue entre la reforma del Estatuto catalán y el vasco. Estima que los partidos catalanes, tras las elecciones autonómicas de otoño, se verán obligados a alcanzar un acuerdo en el Parlamento de Cataluña para redactar un único Estatuto reformado y adelanta que, en principio, los socialistas aceptarán su negociación.
No sucede lo mismo con la reforma del Estatuto vasco. López Aguilar adelanta que mientras en el País Vasco persista el terrorismo, los socialistas no aceptarán un nuevo proceso de reforma estatutaria porque los partidos no nacionalistas no compiten en condiciones de igualdad con los nacionalistas. "En Euskadi, el lehendakari Ibarretxe ya sabe que lo primero es el final del terrorismo y después podrá hablarse de lo demás. Pero antes no", afirma López Aguilar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 9 de abril de 2003