La aviación estadounidense ha empezado a utilizar bombas de gran potencia en Bagdad, una ciudad que el Pentágono considera "prácticamente aislada", sin defensas frente a los ataques aéreos y con escasos recursos para defenderse de las incursiones de las unidades del 3º de Infantería. El lunes por la noche fueron lanzadas cuatro bombas de 1.000 kilos sobre un edificio del barrio residencial de Al Mansur, ante las sospechas de que en él pudiera encontrarse Sadam Husein. Los gigantescos proyectiles abrieron un cráter de 20 metros de profundidad y causaron una destrucción masiva.
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Fuentes del espionaje estadounidense señalaron que el ataque se ordenó tras identificar en una conversación telefónica una voz que se creyó era la del presidente iraquí. Horas después, ayer por la mañana, mientras columnas blindadas estadounidenses se adentraban de nuevo en Bagdad y establecían una base estable cerca del centro urbano, dos bombas de precisión de gran tamaño cayeron sobre las sedes del partido Baaz y del Ministerio de Información.
En el barrio residencial de Al Mansur se intentaban rescatar cuerpos bajo la montaña de escombros alzada alrededor del cráter donde la víspera había un restaurante. Fuentes locales dijeron que el intento de matar al presidente iraquí había causado la muerte de al menos nueve personas, heridas a otras 11 y que había destruido varias viviendas. "No sabemos si Sadam Husein estaba efectivamente allí con sus hijos, y, de ser así, si murió o sobrevivió", dijo el general Stanley McChrystal, uno de los portavoces del Pentágono. Los servicios de inteligencia británicos creían que Sadam no había muerto, según BBC.
El general McChrystal aseguró que las fuerzas estadounidenses disponían de "casi una brigada" en el interior de Bagdad, sin concretar número de efectivos, y que ésa sería "una presencia estable" en la ciudad. Los marines habían conseguido hacerse con el control del segundo aeropuerto de la zona, el Rashid, al este de Bagdad, y el plan del general Tommy Franks, jefe de las operaciones militares, parecía consistir en enlazar ese aeródromo con el aeropuerto internacional ubicado al oeste y conquistado dos días atrás. La conexión de la Infantería con los marines, unida a la presencia de una tercera columna penetrando por el norte, cerraría por completo el cerco a la ciudad.
El general McChrystal dijo que las principales vías de acceso a Bagdad ya estaban en manos de las tropas estadounidenses. "La Guardia Republicana ya no plantea apenas resistencia, quedan guardias republicanos de élite y paramilitares dispuestos a luchar y combaten ferozmente, pero sin tanques. Alguien mantiene la coordinación de la defensa de Bagdad, sea Sadam Husein o cualquier otro dirigente del régimen", explicó.
Un avión A-10 de la aviación estadounidense fue derribado ayer por las defensas iraquíes. Además un F-15 lleva desaparecido desde el pasado domingo, además de sus dos pilotos. El portavoz del Pentágono comentó que, desde el inicio de la invasión, habían sido lanzadas más de 20.000 bombas e indicó que bombas de una tonelada seguirían siendo utilizadas cuando a los mandos sobre el terreno les pareciera "conveniente".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 9 de abril de 2003