Las televisiones estatales de muchos países árabes, a pesar de las eventuales implicaciones incómodas para sus gobernantes, transmitieron en directo las escenas de júbilo de los iraquíes que se subían a las estatuas de bronce de Sadam Husein para derribarlas. En contra de lo habitual, las televisiones oficiales de Arabia Saudí, Egipto, Sudán, Jordania, Omán, Kuwait, Yemen, Bahrein, Marruecos y Emiratos Árabes Unidos emitieron en abierto lo que sucedió ayer en Bagdad.
La televisión siria, por el contrario, se ha limitado a transmitir la noticia con imágenes de tanques de EE UU por las calles de Bagdad y escenas de saqueos. Pero muchos sirios han visto en los cafés o a través de sus propias parabólicas lo que transmitía en directo la cadena Al Yazira. Argelia y Túnez tampoco han mostrado lo que para muchos árabes ha sido un acto de humillación por una superpotencia extranjera.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 10 de abril de 2003