Al menos un soldado estadounidense murió y tres resultaron heridos graves en un ataque suicida ocurrido anoche en Bagdad, el primero que se produce en la capital contra los invasores. La acción tuvo lugar cerca del hotel Palestina, donde se aloja la prensa internacional, que pudo escuchar con claridad la potente explosión.
Según testigos, el ataque suicida fue llevado a cabo por un hombre que bajó de un taxi y se dirigió andando hacia un puesto de control estadounidense, donde se produjo la detonación. Minutos después, una espesa columna de humo negro se elevó hacia el cielo desde el lugar. También resultaron heridos de gravedad otros tres soldados estadounidenses.
El suceso se produjo en uno de los controles de carretera instalados por los soldados de Estados Unidos donde prohíben el acceso de vehículos -precisamente para evitar ataques suicidas- y en los que se somete a los transeúntes a severos registros.
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Oficiales norteamericanos reconocen que aún quedan pequeños focos de resistencia en Bagdad, una ciudad de cinco millones y medio de habitantes, de los que sólo unos cientos se han echado a las calles a dar la bienvenida a las tropas de EE UU.
Desde que comenzó la guerra hace 22 días, ha habido otros dos ataques suicidas en los puestos de control establecidos por los soldados estadounidenses. En el primero, ocurrido el pasado 29 de marzo, cuatro soldados norteamericanos murieron al estallar un taxi bomba cerca de la ciudad de Nayaf, unos 160 kilómetros al sur de Bagdad. El segundo ataque suicida fue el 5 de abril. Murieron tres soldados de EE UU, el conductor del coche y la mujer embarazada que con sus gritos hizo que acudieran los soldados.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 11 de abril de 2003