Bautista Ávila Villena, de 59 años, agricultor de Torrox y trabajador de ese ayuntamiento malagueño, fue el preso indultado ayer por el Consejo de Ministros y el que será liberado el próximo miércoles por la prerrogativa que tiene la Cofradía de Jesús El Rico. Humilde, campechano y con buen humor, Bautista comentó que ha pasado cinco meses "fabulosos" en la cárcel provincial porque han sido "las únicas vacaciones que he cogido en 59 años". "Creía que iba a ser horrible, pero mi única queja es que no he pisado la calle y que no he podido trabajar en el campo", acotó.
Bautista ingresó en la cárcel en noviembre pasado, condenado a seis años por una pelea en un bar en la que dio un puñetazo a un vecino. El Consejo de Ministros ya le había dado un indulto parcial de tres años, por lo que le quedaban 31 meses de condena.
Padre de cuatro hijos, dice que ahora cree más en Jesús El Rico que en los jueces y que en cuanto llegue al pueblo cogerá la moto para ir a ver sus aguacates. Desde que ingresó en prisión, Bautista no ha salido nunca de permiso y ha tenido una conducta intachable. Para hacer las horas más cortas, ha contribuido en la limpieza de las oficinas de la cárcel donde asegura que le han respetado. Bautista contó además que estaba deseando volver a trabajar como oficial en el ayuntamiento porque sus ingresos eran los únicos de la familia.
El privilegio data de 1759, cuando se suspendió la procesión por una epidemia que diezmó a la población. Los presos se ofrecieron a sacar la imagen. Como el alcaide les negó la salida, se amotinaron y escaparon. Tras la procesión, todos volvieron a presidio. Carlos III, impresionado, concedió la prerrogativa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 12 de abril de 2003