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GUERRA EN IRAK | La posguerra

Putin acepta debatir el perdón de la deuda de Irak

El presidente ruso se reúne con Chirac y Schröder para reafirmar sus posiciones

Los países del G-8 (el grupo de los siete países más desarrollados del mundo más Rusia) pueden considerar la posibilidad de perdonar sus deudas a Irak en la cumbre que celebrarán en junio en Francia. Tal es la propuesta que realizó ayer el presidente ruso, Vladímir Putin, al término de la reunión a tres bandas que celebró en San Petersburgo con el canciller federal alemán, Gerhard Schröder, y el presidente francés, Jacques Chirac.

Los tres líderes, que durante la crisis anterior a la guerra en Irak fueron partidarios de la vía política para resolver el conflicto, se reafirmaron ayer en sus posiciones y, con argumentos en parte coincidentes, abogaron por abordar los problemas de posguerra bajo la égida de la ONU. A su juicio, es la única capaz de garantizar una legitimidad al proceso de posguerra y de transición hacia un nuevo gobierno.

Para recordar a Estados Unidos que tiene responsabilidades en Irak en tanto que país ocupante, Putin y Chirac invocaron el derecho internacional, el derecho de guerra y la convención de Ginebra.

Con sentido práctico, Gerhard Schröder sintetizó las tareas a realizar en Irak en tres puntos: el primero es una amplia ayuda humanitaria internacional, en la que Alemania está dispuesta a involucrarse a fondo; el segundo, el mantenimiento del orden como responsabilidad de las tropas de la coalición dirigida por EE UU, y el tercero, la reconstrucción de un Irak democrático bajo la coordinación de la ONU.

Putin abogó por aplicar a Irak un modelo semejante al de Afganistán, es decir, un Gobierno interino y elecciones, todo ello supervisado por la ONU. La situación en Irak debe solucionarse "de acuerdo con las prácticas de los últimos años" y "cuanto más pronto mejor", porque "cuanto más nos demoremos, tanto más recordará una situación colonial". "No sólo yo pienso así", continuó Putin, quien insistió en que afirmar que el modelo de democracia occidental y el "capitalismo" no deben ser exportados como lo fue el "socialismo", ya que el 80% de los países del mundo, según dijo, no se ajustan a los requisitos occidentales.

El éxito de la campaña bélica estadounidense había creado un contexto incómodo para la cumbre. En la conferencia de prensa conjunta anoche, Putin fue más lejos que Chirac y Schröder en intentar neutralizar la ironía sarcástica de los norteamericanos. De forma inesperada, Putin transformó en una posibilidad real los consejos del subsecretario de Defensa, Paul Wolfowitz, que la víspera había recomendado a Moscú, París y Berlín que perdonasen sus deudas a Irak, ya que el dinero prestado había sido empleado en la compra de armamento y en mantener la opresión. En contraste con la élite política rusa, que había reaccionado con indignación y contraataques a las propuestas de Wolfowitz, el líder ruso calificó la iniciativa de "comprensible" y afirmó que "Rusia no tiene nada en contra". Más aún, afirmó que el perdón de las deudas a Irak podría ser debatido en la próxima cumbre del G-8 "si Francia considera posible situarlo en el orden del día".

Chirac no hizo ningún comentario público, pero Schröder había dado largas al asunto al afirmar que sólo el gobierno legítimo de Irak podía plantear este tema en el Club de París. Irak debe cerca de 8.000 millones de dólares a Rusia, la mayoría procedentes de deudas de la época soviética. Los rusos tienen de hecho pocas esperanzas de llegar a cobrar esta deuda que califican de "virtual".

La campaña militar en Irak no ha logrado averiguar si Bagdad tenía armas de destrucción masiva, según Putin, para quien este objetivo "no se logró y no se puede lograr sin el retorno de los inspectores". Los "hallazgos de la alianza no pueden ser declarados legítimos", puntualizó. "Su único fin era desarmar a Irak y no se ha encontrado nada". Si Irak tenía armas de destrucción masiva, no las ha utilizado "ni siquiera en el último momento de su existencia". "El régimen de Sadam Husein no gustaba a nadie, pero de lo que se trataba era de armas de destrucción de masas", señaló Putin, que instó a "no confundir los conceptos".

Más que ninguno de sus interlocutores, Putin insistió en que la reunión trilateral de ayer no ahonda la fisura entre un grupo de Estados europeos y Estados Unidos. "No es una escisión, sino todo lo contrario, es la búsqueda de un camino aceptable para la arquitectura del siglo XXI", señaló, afirmando que estaba dispuesto a trabajar con otros grupos de países.

Putin se esforzó en diluir la importancia de Irak en una suma de otros temas y recordó que se había celebrado ya una cumbre franco-alemana-rusa en 1998, Chirac, en cambio, insistía en subrayar las coincidencias ideológicas de los tres líderes en sus análisis y destacaba la necesidad de un mundo "multipolar". Los tres dirigentes expresaron su esperanza de que ahora sea posible abordar con mayor intensidad el conflicto de Oriente Próximo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 12 de abril de 2003