"Lenguaje eclesialmente irreconocible". "Afirmaciones que llenan de ambigüedades y confusiones la fe de la Iglesia". "Decepcionante en extremo". Los obispos no encuentran una sola virtud en el exitoso Nuevo Diccionario de Pastoral, publicado en enero por la Editorial San Pablo y que firman 60 de los más importantes teólogos españoles, dirigidos por Casiano Floristán. La severa censura aparece publicada en Ecclesia, el semanario de la Conferencia Episcopal, que inicialmente había alabado la obra.
Del blanco al negro en semanas. Antes de atribuir "poca seriedad científica" al voluminoso Nuevo Diccionario de Pastoral (1.603 páginas), la episcopal Ecclesia ponderó en un número anterior el mérito de la obra "por su talante abierto y provocador, de avanzadilla pastoral". La Conferencia Episcopal había decidido reducir la censura a los círculos eclesiásticos, pero cuando vio que su propio órgano de expresión la alababa no tuvo más remedio que ordenar la publicación de la condena en la misma revista, asignando la tarea al director de la Comisión para la Doctrina de la Fe, José Rico Pavés.
Con el silencio, los obispos trataban de evitar un escándalo parecido al provocado por la censura inquisitorial del último libro del teólogo Juan José Tamayo, notificada a la prensa en enero pasado y objeto de gran polémica y de innumerables muestras de adhesión al censurado.
El Nuevo Diccionario de Pastoral salió a la venta en enero al precio de 60 euros y vendió inmediatamente su primera edición, tras ser presentado ante 300 personas en la Fundación Pablo VI, de la católica Universidad San Pablo-CEU, de Madrid. Su director, Casiano Floristán, navarro de 76 años, fue profesor hasta su jubilación en la Pontificia de Salamanca y está considerado un maestro indiscutible en la materia para varias generaciones de eclesiásticos, habiendo dirigido las tesis doctorales, entre otros, del arzobispo Antonio Cañizares, nuevo primado de Toledo. Un anterior libro escrito por Floristán y Tamayo con el título de Conceptos fundamentales de Pastoral fue publicado en Italia por la Librería Vaticana y se convirtió pronto en manual académico, agotado hace años.
La relevancia académica de Floristán es reconocida también por Ecclesia. Dice la revista episcopal antes de entrar en reproches: "La trayectoria de la editorial, con una docena de diccionarios mayoritariamente prestigiosos, unida a la dilatada carrera docente de su director, deberían haber sido aval suficiente para garantizar la bondad de un proyecto tan necesario como interesante. El resultado, sin embargo, ha sido decepcionante en extremo".
Los autores
El Nuevo Diccionario de Pastoral contiene 150 voces y es fruto del trabajo de 60 especialistas, la mayoría españoles, aunque también recoge aportaciones de teólogos latinoamericanos, como el brasileño Leonardo Boff, autor de la voz Sufrimiento. Entre los firmantes se encuentran, además de Floristán y Tamayo, profesores como Juan Bosch, José María Castillo, Juan Antonio Estrada, José María González Ruiz, Trinidad León, José Antonio Gimbernat, Julio Lois, Jon Sobrino o Marciano Vidal.
Los obispos basan la censura en "diez observaciones serias, cinco metodológicas y cinco doctrinales", y reprochan a la editorial San Pablo haber dado cobertura "a unas opiniones que hace dos décadas ya estaban desfasadas y cuyos frutos pastorales son por todos conocidos". Lamentan también que la obra se haya "sacado a la luz, una vez más, omitiendo la presentación de sus escritos a la aprobación eclesiástica", lo que consideran "una práctica generalizada desgraciadamente entre muchas editoriales católicas". Y concluyen: "El panorama teológico español mayoritario no es el representado por las voces más problemáticas de este Diccionario a las que se les ha concedido mayor extensión. Afortunadamente, estas voces pertenecen a una generación que se resiste a comprender que sus 'nuevas' propuestas hace años que son antiguas".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 12 de abril de 2003