"Sé que sólo ha sido una persona que no merece representar a esta afición. Espero que, con los medios que existen ahora, sea identificado y castigado". Toni Jiménez, portero del Espanyol, vivió ayer un nuevo suplicio en el Calderón, algo que no le resulta desconocido. El ex portero del Atlético vio cómo su equipo desperdiciaba una ventaja de 1-3 y era empatado por el Atlético. Pero a él le cayó la peor parte, como suele ocurrirle cuando juega en este estadio. A la conclusión del encuentro, en el momento en el que el resto de protagonistas se saludaban en el centro del campo antes de ir hacia los vestuarios, el meta del Espanyol recibió el impacto de una botella medio llena de agua, lanzada desde el fondo donde se ubica el Frente Atlético, que le golpeó en la cabeza. Cayó fulminado al suelo echándose las manos a la cabeza. Cuando estaba tendido, otra botella cayó a su lado, pero no le llegó a impactar. Pronto acudieron a socorrerle varios jugadores de ambos conjuntos, con el rojiblanco Aguilera a la cabeza. Pudo recuperarse y se fue del césped por su propio pie.
MÁS INFORMACIÓN
Parte de la afición del Atlético la tomó ayer con Toni, que recibió silbidos en todas sus intervenciones. Su pasado rojiblanco de poco le ayudó. Pero esta escena no es nueva, aunque sí la de la agresión. Porque en su momento, tampoco le sirvió de mucho defender los colores del Atlético para no sufrir las iras de algunos aficionados. El caso más llamativo se produjo hace tres años, cuando en un partido ante el Sevilla, con el equipo ya descendido, aguantó estoicamente una lluvia de huevos lanzada desde el mismo fondo de donde salió la botella que ayer le derribó.
Undiano, el árbitro del partido, recogió en el acta el lanzamiento de objetos a la conclusión del encuentro. El árbitro preguntó a Toni los detalles de la agresión, y éste le comentó que había sido alcanzado por algo, sin precisar de qué objeto se trataba. Poco después, Undiano consultó con los responsables del club españolista si deseaban que incluyera en el acta el parte médico sobre el estado de Toni. Pero el club españolista no lo consideró necesario.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 14 de abril de 2003