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Los brigadistas que vuelven de Irak denuncian el abandono del Gobierno

Más de 300 familiares y amigos recibieron anoche en el aeropuerto de Barajas (Madrid) a los siete miembros de la organización Brigadas contra la Guerra que han permanecido en Bagdad desde el comienzo del conflicto en Irak con el propósito de mostrar su solidaridad con el pueblo iraquí. Los brigadistas Javier Barandiarán, José Bielsa, Berlamino Marino García, María Rosa Peñarroya, Ana María Rodríguez, María Teresa Tuñón y Carlos Varea llegaron a Madrid desde la capital jordana, Amann, donde se trasladaron ayer en un convoy desde Bagdad. El portavoz del grupo, Carlos Varea, comentó que al Gobierno español no le deben "nada". "Aparte de amables palabras de algún funcionario de Asuntos Exteriores no ha hecho nada por sacarnos de Bagdad y nos ha recomendado hasta el último momento que permaneciésemos en una ciudad en la que no nos daban ninguna garantía de seguridad", agregó.

"Traemos documentados", subrayó, "medio centenar de casos de ataques contra la población civil, y es nuestra voluntad que esta documentación contribuya a implicar y enjuiciar al Gobierno de Aznar por su colaboración con crímenes de guerra y contra la humanidad cometidos con Irak", manifestó Varea a los periodistas. Éste condenó la participación del Ejecutivo en esta guerra de "agresión y de rapiña", y resaltó la "indefensión" que los brigadistas y los periodistas han vivido en las últimas horas. "Se nos ha presionado antes de salir de Bagdad para retornar y cuando no había manera de salir nos decían que nos quedásemos allí, en un país ya ocupado".

Los siete brigadistas fueron recibidos con aplausos por familiares y amigos que permanecían en una sala de llegadas del aeropuerto desde una hora antes coreando frases en contra de la guerra y del Gobierno del PP, mientras dejaban un estrecho pasillo de paso para el resto de los viajeros que llegaban.

Bombardeos al azar

Varea, que es portavoz del Comité de Solidaridad con la Causa Arabe (CSCA), asociación que ha organizado las Brigadas contra la Guerra, calificó al pueblo iraquí de "solidario, digno, heroico y laborioso, y no ese pueblo que se quiere ahora presentar de bandidos y colaboracionistas". Señaló que sus vidas han peligrado durante seis semanas igual que las de los cinco millones que habitan Bagdad, porque los bombardeos fueron "indiscriminados". "Nuestra vida ha peligrado en cada esquina. Se ha bombardeado al azar, en barrios populares, en aldeas, en el centro de Bagdad", relató.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 14 de abril de 2003