Lo mejor de esta representación de Las sillas es el actor Rodolfo Cortizo, sin dejar atrás a Concha Rodríguez-Nieto que le da la réplica. El texto es ahora algo más para iniciados que antes: está repleto de claves. Por una parte, las de su época (fue creado en 1952); por otra, la situación del autor, huido de su patria, Rumanía, donde estaba en la Guardia de Hierro nazi (que llevaba por nombre Codreanu) y huyó de la llegada de los comunistas soviéticos y nacionales (como también le pasó a su compatriota Cioran).
Compañía La Pajarita de Papel
Autor: Eugène Ionesco. Producción de Luis Chavarri. Intérpretes: Concha Rosales-Nieto y Rodolfo Cortizo. Dirección: Beatriz Gutiérrez. Compañía La Pajarita de Papel. Teatro Lagrada.
El idioma francés, que le parecía tan sorprendente en sus tópicos, lugares comunes, frases hechas, abreviaturas, dobles significados, como cualquier idioma puede parecerle al que de pronto tiene que usarlo (aunque Ionesco lo había estudiado de niño en París).
Y la ciudad, y sus costumbres. Las conferencias de las cinco de la tarde. El doble sentido de la palabra "mariscal", por ejemplo , que significa el máximo poder militar y también el mínimo (criado, encargado de la caballería, herrador); la mitología parisiense en torno al cuchitril de la portera. Todo eso hace casi imposible la traducción, aunque no haya quejas de la que ha realizado Luis Echávarri. Hace lo posible por sustituir bien "ma crotte" como llama el hombre a la mujer, o "chou", como la mujer al hombre. ¿Cómo expresar en castellano la frase: "Raconte-moi, chou, comment ce bout du bout du jardin était au bout du bout de la ville de Paris?".
La angustia
Incluso la metafísica de la obra, el sentido del vacío, la expulsión de los seres vivos por objetos inanimados -las sillas- que al mismo tiempo sustituyen a la vida; la angustia. El vacío, la caída en la nada, la disfunción de la palabra que se convierte en el balbuceo incoherente del orador amuñecado. Quizás el absurdo ha ganado ya su partida, y forma parte de los espectadores; como los rinocerontes de su obra más famosa han dejado de ser los individuos que se convierten al colectivismo (comunismo) para ser los nuevos demócratas de color mediocre.
No ha cambiado la estupidez humana que a Ionesco le parecía evidente en aquella época; pero la denunció de manera que a cada uno le pareciese reflejada en los demás, mientras él quedaba libre.
En medio de toda esta barahúnda que se solía describir en las crónicas como "la tout Paris", con un coronel, periodistas, damas elegantes y hasta el Emperador por llevar al máximo la idealización, los dos ancianos recuerda el pasado y lo olvidan en la senilidad casi de enfermedad de Alzheimer, lamentan como hubiera podido ser todo si todo hubiera sido de otra manera...
La virtud que encuentro en este actor argentino, Rodolfo Cortizo, está en la misteriosa calidad con la cual al mismo tiempo es real e irreal, da corporeidad a la nada sin dejar de saber que es la nada. Él y Concha Rosales-Nieto llenan de esta manera la escena con las palabras de Ionesco dichas sabiendo el fondo del texto: supongo que lo habrán representado cientos de veces. La dirección de Beatriz Gutiérrez incide en los dobles valores, en apretar el tornillo de lo imposible.
Tuvieron un éxito en la función del domingo. El teatro lleno aplaudió una y otra vez y ellos respondieron con sus saludos ya corpóreos, ya reales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 15 de abril de 2003