Al menos 34 personas han demandado a la diócesis católica de Long Island (Nueva York) por los abusos sexuales a los que supuestamente fueron sometidos durante su infancia por parte de sacerdotes. Los denunciantes, que exigen una indemnización de 1.850 millones de dólares (unos 1.750 millones de euros) también acusan a los responsables de la Iglesia de haber ignorado sus quejas en relación con estos casos. En una de las demandas, en la que se exigen 1.550 millones de dólares, 11 hombres acusan a cuatro sacerdotes de la diócesis del Centro de Rockville -la sexta más grande en Estados Unidos, con 1,5 millones de feligreses- de haber abusado sexualmente de ellos hace 25 años.
En otra demanda, otras 23 personas acusan a 13 sacerdotes de pederastia y exigen una compensación de 300 millones de dólares.
En ambos casos se cita al obispo William F. Murphy, máximo responsable de la diócesis, por no haber adoptado ninguna medida contra los sacerdotes acusados.
Las denuncias por abusos sexuales contra sacerdotes de la diócesis de Long Island se hicieron públicas en febrero, tras una investigación criminal llevada a cabo tras el estallido, en enero de 2002, de los escándalos sexuales en la Iglesia católica en EE UU.
"La diócesis del Centro de Rockville los ha tratado [a las víctimas] como si fuesen ellos el enemigo, al no responder a sus peticiones para recabar información, no tomar iniciativas contra los sacerdotes denunciados y, sobre todo, al ignorar sus peticiones de ayuda", declaró Michael Dowd, portavoz de uno de los grupos de demandantes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 15 de abril de 2003