La crisis en el fabricante vasco de bienes de equipo Babcock Borsig España mantiene abierta la polémica entre la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y el Gobierno vasco. El lunes, el Ejecutivo de Vitoria demandó un plan industrial y pidió una entrevista con el ministro de Ciencia y Tecnología, Josep Piqué. Ayer, la SEPI respondió al Gobierno vasco que al ser Babcock una firma privada no es ni "posible" ni "pertinente" realizar un plan industrial. Babcock fue privatizada hace año y medio y vendida a la alemana Borsig, empresa en suspensión de pagos que ahora quiere salir del capital de la española. La empresa vasca se encuentra prácticamente sin carga de trabajo y la SEPI, que supervisa sus actividades y ha avalado sus últimos contratos, busca un nuevo socio industrial que garantice las condiciones de la privatización.
La sociedad pública recordó también en un comunicado que su presidente, Ignacio Ruiz-Jarabo, pidió por carta al Gobierno vasco que colabore en la búsqueda de soluciones a los problemas de la empresa. Fuentes del Ejecutivo de Vitoria aseguraron que la carta la recibieron ayer mismo y que, en todo caso, su interés es hablar con Piqué, a quien el lunes pidió el consejero de Industria, Josu Jon Imaz, un encuentro en una carta. Asimismo recordaron que la preocupación del País Vasco por la empresa viene de largo, ya que hace cinco meses el Parlamento vasco pidió, incluso con los votos del PP, que el Gobierno central asumiera de nuevo el control de la empresa si fuera necesario.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 16 de abril de 2003