Siria impulsará ante el Consejo de Seguridad de la ONU una resolución con la que se pretende eliminar de Oriente Próximo las armas de destrucción masiva. La iniciativa cuenta ya con el apoyo de la mayoría de los países de la zona, excepto Israel, que cuenta en sus arsenales con un número indeterminado de bombas atómicas desarrolladas en los últimos años gracias a la ayuda de Francia.
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[El embajador de Estados Unidos ante la ONU, John Negroponte, acusó ayer a Siria ante el Consejo de Seguridad de desarrollar armas de destrucción masiva y de albergar a terroristas, informó Efe. "Hemos expresado también nuestra preocupación por otras cuestiones que afectan a nuestra relación bilateral con Siria como es el apoyo al terrorismo, en concreto al grupo Hezbolá, lo que representa un obstáculo para el proceso de paz", señaló Negroponte]
La iniciativa de Siria fue anunciada ayer en Damasco ante la prensa internacional por la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Boussaina Chaabane, y reiterada horas más tarde por el jefe de la diplomacia siria, Faruk Shara, en unas declaraciones a una televisión australiana.
"El proyecto de resolución tiene ya el apoyo del grupo árabe de Naciones Unidas", aseguró la portavoz del Ministerio de Exteriores, quien recalcó que esta declaración, si llega a aprobarse y a entrar en vigor, servirá, entre otras cosas, para tranquilizar a Estados Unidos, que se encuentra "inquieto" ante el peligro de que este tipo de armamento acabe en grupos terroristas.
La diplomacia siria volvió también a desmentir ayer otra de las acusaciones reiteradas de la Casa Blanca, la de proteger o dar asilo a responsables del régimen iraquí, incluidos los dirigentes de los servicios secretos o los científicos que durante años trabajaron en la fabricación de armas químicas o bacteriológicas.
Enemistad de Siria con Irak
"Son acusaciones sin fundamento, entre otras razones, porque Siria nunca tuvo buenas relaciones con el régimen de Sadam Husein", insistió Boussaina Chaabane, que recordó que en la década de los años ochenta ambos países rompieron relaciones diplomáticas tras descubrirse que Sadam Husein había instigado atentados islamistas en Damasco. La enemistad entre los dos países se agravó años después a raíz de la guerra entre Irak e Irán, cuando Siria apoyó abiertamente al régimen de Teherán.
El actual presidente sirio, Bachar el Asad, inició desde su llegada al poder en 2000 un proceso de reconciliación con Irak que cristalizó en la reapertura de los cuatro pasos fronterizos, la puesta en funcionamiento del oleoducto Bagdad-Latakia y la apertura de una oficina de intereses mutuos en Damasco y en Bagdad. Pero esta política no ha supuesto la reanudación de las relaciones diplomáticas y la reapertura de embajadas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 17 de abril de 2003