Serguéi Yushenkov, diputado y copresidente del partido de derechas Rusia Liberal, fue asesinado a tiros el jueves en Moscú a la entrada del edificio en el que vivía, justo al bajarse de un automóvil. El asesino abandonó la pistola utilizada junto al cuerpo ensangrentado del parlamentario. Yushenkov, de 52 años, fue uno de los principales colaboradores del magnate Borís Berezovski, caído en desgracia con el presidente Vladímir Putin y que financiaba a su partido desde Londres. Las relaciones entre ambos se echaron a perder hace poco, al entrar Berezovski en conversaciones con la izquierda.
Opositor de la política de Putin, Yushenkov utilizaba la tribuna parlamentaria para lanzar solitarias denuncias y criticar al Kremlin. Su asesinato ha conmocionado al mundo político ruso porque, pese a su oposión radical y sin compromisos, nadie sabe a quién podría convenir su muerte. Yushenkov actuaba con total transparencia y no se conoce que estuviera mezclado en negocios.
Una pista podría hallarse tal vez en el asesinato el año pasado de Serguéi Golovliov, otro copresidente de Rusia Liberal, contra el que se había abierto un proceso por irregularidades durante su gestión al frente del departamento de bienes estatales de Cheliábinsk. Se especula con que Golovliov hubiera entregado a Yushenkov documentos importantes sobre las privatizaciones en esa provincia de los Urales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 18 de abril de 2003