La ciudadanía sale a la calle masivamente contra la guerra, la mayoría de partidos políticos dejó claro su rechazo a dicho ataque, pero CiU no dijo nada. Jordi Pujol calla, seguramente porque los lazos y presiones que le unen al PP -a pesar de que ambas partes se esfuercen en demostrar su ruptura- le obligan a estar en silencio.
Artur Mas está demasiado ocupado en diseñar un nuevo Estatut sin darse cuenta de que en estos años de gobierno, CiU no ha sido capaz de dar sentido al existente.
Estos silencios se nos hacen extraños y nos desconciertan. Los catalanes estábamos acostumbrados a escuchar a Pujol en los medios de comunicación en momentos importantes. Ahora, parece que Mas, por delegación, tendría que hacer lo mismo, pero, uno por otro, los dos callan.
Nosotros también callamos ante este silencio y creo que nuestros silencios son una muestra más del desencanto y la indiferencia que hay en Cataluña hoy día hacia el partido que gobierna y hacia sus líderes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 20 de abril de 2003