Soy un lector, en estas lejanas tierras argentinas, de la edición dominical de este maravilloso diario. El motivo de este mail es felicitarlos por las columnas de Manuel Vicent, que semanalmente nos demuestra cómo una mente brillante y una pluma valiente pueden educar y sensibilizar tanto en tan poco espacio. Soy docente y utilizo estos textos como fuente de análisis y discusión, y como una forma de despertar en los adolescentes un ánimo de cambio y concientización de la cruda realidad que los rodea. Vuelvo a felicitar al autor y a ustedes por tenerlo en su staff. Desde ya, muchas gracias.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 20 de abril de 2003