Ahora entiendo por qué el Gobierno no corrigió al hermano del presidente Bush cuando confundió el modelo político de nuestro país durante su reciente visita a Madrid. Parece que nuestro ilustre visitante no andaba muy desatinado, a la vista de las últimas actuaciones del señor Aznar, cuando se refirió a la República española en una de sus declaraciones públicas. El señor Aznar ha violado impunemente nuestra Constitución, usurpando las funciones que ésta le atribuye al Rey y detentando de manera ilegal la Jefatura del Estado.
Quizá la monarquía parlamentaria a la que hace referencia nuestra Constitución sea sólo un ornamento folclórico con el que adornar algunos actos públicos, mientras la verdadera Jefatura del Estado, la que gobierna este país incluso por encima de nuestro presidente del Gobierno, se encuentra a muchos kilómetros de Madrid, en Washington.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 21 de abril de 2003