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OPINIÓN DEL LECTOR

Los demonios familiares del PP

Dos años más tarde de su primer toma de posesión como alcalde de Torremolinos, tuve la osadía de escribirle a don Pedro recordándole que en tan poco tiempo de mandato ya tenía a su haber, los llamados en política: Los tres demonios familiares de la derecha. Aunque había que reconocer que sólo los dos últimos eran de propiedad exclusiva de este partido del PP en Torremolinos, el autoritarismo y el caciquismo, ya que el primero y más virulento, la soberbia, era común a cualquier color político que ostentara la mayoría absoluta, como lo ha demostrado nuestra joven democracia en sus pocos años de existencia.

Hasta ahora, ninguno logró asimilar que el sillón donde colocan sus posaderas durante esos cuatro años de legislatura -"cortijo" en Andalucía-, tenía régimen de alquiler, no de propiedad.

Los acontecimientos de la catástrofe del Prestige, y más recientemente la guerra de Irak, han hecho que aquella carta enviada en su día a un alcalde del PP hoy se haga extensiva a su actual jefe político, señor Aznar, y a todo su Gobierno, demostrando una vez más que estos "demonios familiares" son propios de los partidos y no de las personas.

Si unimos la presencia del demonio de la soberbia en Mariano Rajoy y Manuel Fraga, ante la postura mayoritaria de reproche englobada genéricamente en Nunca Mais, al demonio del caciquismo de un Gobierno en el poder, aislado y huérfano ante el 91% de los españolitos de a pie con su "No a la guerra", y lo rematamos con la postura demoníaca del autoritarismo descarado e insultante de un líder fuera de sus casillas ante el clamor popular antibelicista, llegamos a la conclusión de que es todo el partido nacional del PP el que, encasillado en la tradición historia de la derecha decimonónica, sigue encontrándose años luz, de ese centrismo que machaconamente predica.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 21 de abril de 2003