En referencia a la carta publicada ayer por el señor Luis Ruiz Salmerón en esta sección, me permito decir que desde luego los que nos dedicamos a la filosofía montamos en ascensores, tenemos agua corriente y apretamos el botón del mando a distancia como cualquier otro individuo. Lo que no aceptamos es que esa comodidad se erija en criterio de la calidad de vida de una sociedad. Porque podremos tener cien mil benditos canales de televisión gracias a la ciencia y a la tecnología, pero nada que ver ni aprender en ellos por falta de educación civil, esa educación que aportan la filosofía y el resto de las humanidades, incluidas las lenguas que Ruiz Salmerón llama "muertas".
Puede haber cierto "retrohumanismo" en la LOCE y por supuesto nadie quiere que la ciencia y la tecnología vuelvan a quedar supeditadas a la religión y al Ejército, como tantas veces ha pasado en España. Pero desde luego lo que de ningún modo puede ser es que durante más de 10 años no se haya convocado ni una sola plaza pública de profesor de filosofía y muy pocas de humanidades, como está ocurriendo actualmente en Cataluña.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 23 de abril de 2003