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ORIENTE PRÓXIMO

Arafat se resiste a las presiones y mantiene el veto al nuevo Gobierno

Blair y Moratinos intentan que el presidente palestino apruebe el Gabinete de Abu Mazen

Yasir Arafat, encerrado en su cuartel general de la Mokata en la localidad de Ramala, se resiste a las presiones de la comunidad internacional, que le exigen aceptar el Gobierno diseñado por su primer ministro, Abu Mazen, que permitiría la puesta en marcha de la hoja de ruta, una receta para la pacificación del conflicto israelo-palestino, apadrinada por Estados Unidos, Rusia, Europa y Naciones Unidas.

La ofensiva internacional no quebró la proverbial tozudez del presidente palestino, que se mostró insensible a la llamada telefónica del primer ministro británico, Tony Blair, que estuvo 10 minutos hablando con él. Tampoco escuchó los consejos del enviado de la UE, Miguel Ángel Moratinos, a quien el rais le gritó y colgó después por considerar que le había amenazado con retirarle la protección que le aseguraba su vida y el cargo. De nada sirvieron tampoco las advertencias lanzadas desde la Casa Blanca, asegurando que EE UU no pondría en marcha el proceso de pacificación (la llamada hoja de ruta) mientras Arafat no diera su brazo a torcer y cediera el poder a favor de un nuevo equipo.

El fracaso aparente de todas estas presiones se sumaba al fracaso de un grupo de mediadores palestinos que, capitaneados por el ministro de Cooperación Internacional, Nabil Shaat, había tratado en vano durante toda la mañana de conseguir una solución salomónica entre Arafat y Abu Mazen. Los intentos de mediación colapsaron de nuevo en cuanto se volvió a pronunciar el nombre del coronel Mohamed Dahlan como futuro ministro del Interior, un nombramiento que el presidente rechaza, pues prefiere en ese puesto al actual titular, Hani al Hassan.

En medios políticos palestinos se asegura que el conflicto que enfrenta a Abu Mazen con Yasir Arafat, sobre el nombramiento del ministro del Interior, esconde una dura polémica sobre el futuro de las milicias armadas palestinas. Mientras Dahlan, el candidato de Abu Mazen, propugna la retirada de armas de todas las organizaciones políticas para poner fin a la Intifada, Al Hassan, el candidato de Arafat, trata de excluir de este proceso de desarme al partido gubernamental Al Fatah mientras continué el belicismo de Israel.

"Las negociaciones entre Arafat y yo han fracasado; no volveré a hablar más con el presidente", aseguró Abu Mazen, a uno de sus colaboradores. Nadie, sin embargo, se tomó en serio las palabras de Abu Mazen, que tiene aún hasta hoy para formar su Gobierno, antes de agotar el plazo de cinco semanas contemplado por la ley.

En medio de este aparente desastre volvió a escucharse el nombre del presidente del Parlamento palestino Abu Ala, como posible sustituto de Abu Mazen. Su nombramiento sería una alternativa lógica, pero al mismo tiempo la más desesperada ya que Abu Ala, como Arafat, es un septuagenario con un delicado estado de salud.

Las negociaciones prosiguieron de madrugada, y algunos hablan de avances: "La situación es mejor que hace 24 horas", dijo una fuente palestina, que declinó ser más preciso.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 23 de abril de 2003