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CARTAS AL DIRECTOR

Actualidad del Quijote

En este tiempo de despropósitos en el que nos han instalado nuestros mandatarios Bush, Blair y Aznar, democráticamente elegidos -tiempos de mentiras, de fantasmagorías, de crueldad gratuita, de Anas de Palacio, de muerte y mutilación, de destrucción para la reconstrucción-, parece ser que los Estados Unidos, en ese ensueño y empeño casi profético de su presidente de encontrar armas de destrucción masiva y químicas en Irak, van a enviar a ese país un contingente de mil efectivos en su búsqueda. Esto me recordó -si bien a una distancia infinita con respecto a sentimientos humanitarios- un hermosísimo episodio de El Quijote.

Sancho y el caballero hablan de Dulcinea:

"-Tú me harás desesperar, Sancho -dijo Don Quijote-. Ven acá, hereje: ¿no te he dicho mil veces que en todos los días de mi vida no he visto a la sin par Dulcinea, ni jamás atravesé los umbrales de su palacio, y que sólo estoy enamorado de oídas y de la gran fama que tiene de hermosa y discreta?

-Ahora lo oigo -respondió Sancho-; y digo que pues vuestra merced no la ha visto, ni yo tampoco.

-Eso no puede ser -replicó Don Quijote-, que por lo menos ya me has dicho tú que la vista ahechando trigo, cuando me trujiste la respuesta de la carta que le envié contigo.

-No se atenga a eso, señor -respondió Sancho-, porque le hago saber que también fue de oídas la vista y la respuesta que le truje; porque así sé yo quién es la señora Dulcinea como dar puño en el cielo.

-Sancho, Sancho, tiempos hay de burlar y tiempos donde caen y parecen mal las burlas".

Señores de la guerra: Bush, Blair y Aznar, tiempos hay donde caen y parecen mal las burlas.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 23 de abril de 2003