La variante de la N-340 a su paso por Cervelló (Baix Llobregat) quedó abierta ayer al tráfico después de tres años de obras. La nueva carretera, reclamada desde hace más de una década por los vecinos, permitirá acabar con las colas diarias que se formaban en hora punta en el interior del núcleo urbano.
La variante, con una longitud de 6,8 kilómetros, conecta con la Autovía del Baix Llobregat y facilita la salida de Vallirana, Cervelló, La Palma y Corbera, así como de urbanizaciones periféricas. El coste del proyecto ha ascendido a 83 millones de euros. Diariamente utilizan la carretera en este punto 44.000 vehículos.
La variante consta de dos calzadas separadas de siete metros de ancho, con lo que adopta apariencia de autovía, si bien la velocidad máxima permitida es de 80 kilómetros por hora. Cervelló ya ha iniciado los trámites para reconvertir la nacional en una vía urbana. La satisfacción que ayer mostró el alcalde de la población, Angelino Maestro, no es compartida por la vecina Vallirana, que está a la espera de que se complete la variante a su paso por el municipio. Las obras aún no han empezado. Los problemas empeorarán debido a que la nueva carretera termina a la entrada del núcleo urbano, donde los cuatro carriles se quedan en dos. Esta situación se prolongará por lo menos unos cuatro años.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de abril de 2003