El auto del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunidad Valenciana relativo al Teatro Romano de Sagunto ordena levantar las placas de mármol que cubre las gradas, para dejarlas en su estado anterior a la intervención de Giorgio Grassi y Manuel Portaceli, y derribar el muro del escenario hasta dejarlo a una altura de gálibo de 1,20 metros. El auto, que fue notificado ayer a las partes afectadas, marca para la Generalitat un plazo de seis meses para la ejecución de la sentencia. Juan Marco Molines, el abogado que inició el litigio, mostró ayer su satisfacción.
La resolución de la sección tercero de lo contencioso-administración del TSJ ha respondido así a la solicitud de ejecución de sentencia plantada por Marco Molines hace alrededor de un año. La Generalitat recurrió dicha solicitud hace unos meses y la sala resolvió practicar nuevas pruebas de reversibilidad, entre ellas un nuevo informe técnico que hizo por sorteo un arquitecto del colegio oficial de Valencia. Fuentes de la Generalitat señalaron que hoy estudiarán el auto en una reunión técnica para ver si cabe la posibilidad de recurir la sentencia.
El auto del TSJ, que se ha trasladado a las partes justo un mes antes de la elecciones autonómicas y municipales, establece además las condiciones en que se debe ejecutar, e incluso señala el procedimiento a seguir para la consecuciónd de la misma, poniendo énfasis en que el monumento se ha de conservar en el misma situación en que se encontraba antes de la intervención arquitectónica de Grassi y Portaceli y no se debe dañar ninguna de sus partes. Molines desechó ayer que puedan surgir problemas graves e insistió en que el auto dice claramente que "vistas las pruebas practicadas hay que dar la razón al demandante", lo que significa retirar las losas de mármol de las gradas y tirar el muro de la escena hasta 1,20 metros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de abril de 2003