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Reportaje:FÚTBOL | Liga de Campeones, vuelta de los cuartos de final

"Mi mejor partido con el Madrid"

Ronaldo se tomó la mejor revancha y acabó vitoreado por el público de Old Trafford

"Cada día de entrenamiento es para Ronaldo un triunfo", decía un técnico del Madrid, antes de viajar a Inglaterra. "Ha vuelto del lado más oscuro de la vida, de una lesión tremenda... y la gente parece no darse cuenta del valor que tiene eso".

"Ha sido inolvidable. Sólo me había pasado una vez con el Inter. Me aplaudieron en Brescia"

En el descanso, la megafonía de Old Trafford abrió los altavoces a un viejo clásico del pop local: You are the resurection, de los Stone Roses. Y así fue como Ronaldo saltó al campo. Como un superviviente del fútbol, no para ajustar cuentas con el Manchester, sino con el entendimiento de la gente que parece no comprenderlo: la única afición que le ha pitado en su vida, la hinchada del Madrid. La última vez que lo hicieron, precisamente, fue en el Bernabéu, ante el Manchester. Al entrar en los vestuarios, después del partido de ida, reflexionó. Al salir le dijo a sus amigos que había tocado fondo. Que no se había preparado suficientemente bien para el partido. Que había llegado la hora de parar los rumores que bajaban de la grada.

Ronaldo marcó contra la Real y contra el Barça en los partidos siguientes. Hasta ayer, venía jugando como un gran delantero. Ayer lo hizo como el mejor. Ese tipo que siempre aparece en el centro de las escenas más iluminadas. El que es capaz de rozar lo sobrenatural. Eso que hizo ayer: disparar tres veces y meter tres goles. En el sitio menos imaginable para lograr el hat trick.

"Ha sido mi mejor partido con la camiseta del Real Madrid", dijo con tranquilidad el jugador brasileño; "han sido tres goles muy importantes y eso es lo que cuenta. Que los haya hecho yo, o un compañero, es lo de menos. Debo los goles a ellos, a mis compañeros. Sin el trabajo del equipo habría sido imposible".

Tras su tercer gol, los 2.000 hinchas del Madrid congregados ayer se rindieron: "¡Ronaldoooooo, Ronaldoooooo....!". Fue algo bien distinto a hace 15 días. Y se rindieron los rivales, y todo el público de Old Trafford. El aplauso que desató su sustitución por Solari, cuando faltaban 20 minutos, unificó a las dos aficiones en una ovación total. La inglesa demostró su estilo, el de las masas que también saben valorar al rival y lo ques es el gran espectáculo del fútbol. Por encima de resultados y derrotas. Aunque aún el Manchester tenía esperanzas, porque sabe de los milagros al estilo del que logró ante el Bayern de Múnich en aquella final precisamente en el Bernabéu.

El delantero levantó su mano y saludó. "Ha sido inolvidable", confesó el jugador, en la boca de vestuarios; "nunca podré olvidarme de esto. Sólo me había pasado una vez con el Inter, en el campo del Brescia. Marqué un gol muy bonito y la gente me ovacionó".

Ronaldo es todo lo contrario a la furia. Le da igual jugar contra el marcador que a favor, en campos minados o en casa. Los técnicos del Madrid se sorprendieron ante lo que consideran una virtud más que una extravagancia. "Tiene la facultad de quitarse presión", decía hace unos días el preparador físico, Javier Miñano. "A diferencia de los europeos, él juega sin tensión, relajado. Y si acaso su juego ha perdido la espectacularidad que tenía a los 20 años, hoy es más efectivo. Es capaz de conseguir más resultados con menos esfuerzo".

En este sentido, su técnico, Vicente del Bosque, dijo tras el encuentro que, en principio, era la noche de Ronaldo: "Todos esperábamos este partido de él. Era su noche. Ha estado muy efectivo y muy contundente. Es un jugador muy importante para este equipo", concluyó. Del Bosque, poco dado a los gestos, aplaudió y alzó los brazos entre satisfecho y admirado cuando el brasileño logró el tercer gol, que asombró aún más a todos.

La ausencia de Raúl marcó definitivamente la víspera del partido. Luego se vio que el encargado de tapar ese vacío lo hizo con creces. "Ronaldo es como el Rey Midas", sentenció Valdano, el director general deportivo madridista; "todo lo que toca lo convierte en oro".

"Sustituir a Raúl es imposible y queremos dedicarle a él este triunfo", comentó Hierro. "Lo importante no han sido los goles de Ronaldo, sino que la ausencia de Raúl no se ha sentido", sentenció como para mantener las jerarquías.

El artífice de la contratación de Ronaldo, Florentino Pérez, estaba exultante, deambulando por el graderío y los pasillos de Old Trafford como un fauno. "¿Qué te han parecido los galácticos?", le preguntaba a la gente. "Ya habéis visto: Ronaldo es el mejor delantero centro del mundo". Naturalmente, lo ha fichado él. No hacía falta decirlo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de abril de 2003