El mito creado en torno al alcalde de Bustarviejo, con su posición contraria a la guerra de Irak, se ha desplomado estrepitosamente. Sabedor de que el PP había rechazado renovar su candidatura, por deslealtad hacia su partido -fue elegido presidente del Patronato Madrileño de Alta Montaña (PAMAM) apoyándose en una alianza con alcaldes independientes frente al candidato oficial del PP-, Julio de Mateo se sirvió del "No a la guerra" como pretexto para romper con el PP y presentarse ahora como independiente en las elecciones.
Tras su dimisión como presidente del PAMAM, a Julio de Mateo, con mayoría absoluta, se le asignó un sueldo superior a cinco millones de pesetas, cuando nunca antes en su historia Bustarviejo había necesitado un alcalde de plena dedicación. También se le reprocha el cobro indebido de su remuneración como presidente del PAMAM, que acumuló con su sueldo de alcalde, razón por la que tuvo que devolver más de medio millón.
Su pacifismo instrumental no se aplica a la política laboral. Los tribunales han condenado al Ayuntamiento por el despido improcedente de dos maestras de la Casita del Niño y de una policía municipal, y por la ruptura irregular del contrato suscrito con el arquitecto encargado de elaborar las normas subsidiarias del plan general, sentencias por las que el Ayuntamiento se ha visto obligado a pagar millones.
La etiqueta del "No a la guerra", compartida por la inmensa mayoría de los ciudadanos, ha encubierto en este caso una mercancía averiada.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de abril de 2003