Llevo días intentando escribir cartas reducidas, 30 líneas, para expresar mi opinión acerca del plan hidrológico del Gobierno central, y me resultaba imposible condensarlo todo en tan poco espacio. Todo, para tan sólo decir que Aragón quiere compartir, quiere que se invierta aquí, así como en el resto de provincias del interior (Teruel, Palencia, Badajoz...) ninguneadas reiteradamente por los sucesivos Gobiernos. Aragón quiere que no se engañe a los agricultores murcianos y valencianos con un agua que se prevé de mala calidad y a alto precio; también quiere que se digan las cosas como son ya que el agua repercutirá en las mejoras del silencioso sector turístico y en la creación de nuevos terrenos de regadío, dejando de lado al pequeño agricultor, mayoritariamente presente en las manifestaciones.
Aragón no quiere, como ahora, hacen creer algunos sectores del PP valenciano, que España corra con los gastos del PHN; cuanto mas financie la Unión Europea, mejor para todos, mejor por el dinero ahorrado y mejor porque el control se realizará sin ningún tipo de partidismos ni regionalismos absurdos. Aragón también desea que no se inunden más pueblos del Pirineo, con una política hidráulica propia de hace 100 años, porque para poder
trasvasar 1.050 hectómetros cúbicos de agua se tienen que almacenar en algún sitio. Aragón quiere también que se piense en el impacto de las inmensas obras necesarias; en cómo dañará el espacio, único en el mundo, del delta del Ebro. Todos, aragoneses, valencianos, catalanes, navarros, murcianos... queremos un plan hidrológico; en Aragón, lo único que pedimos es que no sea éste.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de abril de 2003