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Crítica:CRÍTICAS

¡Pobres Lear y Harris!

Hay imprecisión -además de la inseguridad que dejan ver las continuas llamadas a efectos sonoros exteriores a la imagen- en el empeño del británico Don Boyd de empotrar en el asfalto del Liverpool actual el armazón trágico de El rey Lear, la más alta de las cumbres de Shakespeare. Y hay también continuas caídas en la facilidad, como deja ver el uso abusivo en tomas exteriores de teleobjetivos que saca n en cuadro a todo viviente, pero aplastan la profundidad del escenario e imposibilitan así la creación de un hábito trágico. Y hay también uso de la baratura de la toma documental aplicada a la gran ficción. Shakespeare -el mejor guionista de que hay noticia, en boca de Orson Welles- cabe en un thriller, ya lo ha hecho, pero no en éste. Sólo la última sombra del magnífico Richard Harris, por su cuenta y a sólo ráfagas, da intensidad, vibración y desgarro, pues las dos hijas malas del viejo rey -ahora convertido en jefe de gang de traficantes de droga por un guión pobre, tosco, elementalísimo- están a cargo de dos actrices que no dan la talla; y sólo la hija buena da alguna réplica competente a Harris, ya tan sin fuerzas que a veces parece venirse abajo aplastado por un castillo de naipes que funciona algo cuando él está solo en pantalla y cojea cuando se cuela otro a darle la réplica.

MY KINGDOM

Dirección: Don Boyd. Guión: Nick Davies y D. Boyd, de El rey Lear,
de Shakespeare. Intérpretes:
Richard Harris, Lynn Redgrave, E. Catherwood, J. Mistry, L. Lombard.
Reino Unido, 2002. Género:
drama. Duración: 117 minutos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 25 de abril de 2003