En maldita la hora bombardearon Gernika; por dos motivos, el principal y más importante, por las personas inocentes que murieron y resultaron heridos trágicamente, en ese horrendo atentado contra la humanidad, cometido esta vez por la legión Cóndor alemana, aliada del fascismo franquista, y el segundo motivo, por la coartada que les han dejado "por los siglos de los siglos", a esa parte de Euskal Herria que les encanta sentirse los más desgraciados, y que gozan con su victimismo socarrón a costa del sufrimiento tan cruel que sufrieron sus antepasados.
Y lo escenifican de tal forma que hacen olvidar, o quitan importancia al resto y abundantes tragedias que ocurrieron en aquella guerra fratricida del 36.
Por supuesto que hay que recordar y no olvidar a los caídos, pero con cariño y respeto, y no con chulesca bravuconería, que es la que utilizan los imbéciles para fardar delante de sus congéneres.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 25 de abril de 2003