Entre múltiples críticas por la lentitud ante la epidemia de gripe del pollo que está diezmando las granjas, las autoridades holandesas pretenden averiguar los efectos del virus animal en la salud humana. La investigación incluye de momento a 5.000 personas que hayan estado en contacto con aves, ya sean criadores, transportistas, matarifes o veterinarios. La muerte de uno de estos últimos profesionales, que falleció en menos de una semana, ha acelerado un estudio en el que participan los principales expertos.
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En algunos casos, los científicos a cargo de la misión practicarán análisis de sangre con el fin de determinar si puede haber una mutación del virus del pollo al contactar con algún virus humano.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 26 de abril de 2003