El escritor y periodista Ramiro Cristóbal presentó en Madrid su nuevo libro, La Costa Azul, el paraíso de la dolce vita (Planeta), acompañado en el acto por Eduardo Haro Tecglen y Diego Galán, ambos conocedores de primera mano de la privilegiada y mítica costa francesa. Haro apuntó que se trata de "un libro serio, pero con sentido del humor", mientras Galán empezó diciendo que Cannes era "un lugar maravilloso lleno de franceses desagradables que sólo saben decir désolé", para después afirmar que "ahora, después del libro de Ramiro, veré Cannes de otra manera".
Cristóbal, que se reconoce como un enamorado de la Costa Azul y que acude a Cannes desde hace más de 15 años a los festivales anuales de cine y televisión, recibió la propuesta de hacer este libro casi por casualidad en una conversación con un desconocido que resultó ser editor. "Ya antes había escrito multitud de artículos sobre el tema. Y aquí uso todos los géneros hasta conseguir algo así como un puzzle, desde pequeños ensayos de arte a biográficos, cronicas rosas o rutas gastronómicas a leyendas de las estrellas de cine, de los pintores y de una aristocracia que prefirió este sitio cosmopolita del mundo para vivir. Algunas cosas parten de experiencias propias, y otras, de materiales de documentación", aseguró el autor.
En el libro, Ramiro Cristóbal cuenta cómo desde los años veinte se creó una situación única de unión entre ricos y gentes de la cultura, "una especie de República de las Artes y las Letras", afirmó el autor. La Costa Azul recibió a Vicente Blasco Ibáñez, Iván Bunin, Pablo Picasso, Henry Matisse, Coco Chanel (allí, en Grasse, lanzó su perfume Chanel Nº 5) y así una lista interminable de verdaderos mitos y grandes artistas del siglo XX. Entre los escritores, también cita Cristóbal a Friedrich Nietzsche, Stefan Zweig, Scott Fitzgerald y Laurent Durrell, Colette y Jean Cocteau.
Entre otras plazas, Cristóbal recala en Montecarlo y relata varias etapas del principado, desde la llegada de Serguéi Diaguilev y Vaslavs Nijinski hasta el desembarco de Grace Kelly con su hermano, especulador inmobiliario.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 28 de abril de 2003