Marcó el gol de cabeza, saltó la valla y se fue a celebrarlo con cara de rabia ante la grada de los boixos nois que le había estado animando. Patrick Kluivert acalló ayer las críticas del palco y de la afición, que ayer le abucheó en cuánto tocó el balón hasta que batió a Westerveld. Pese a ser el máximo goleador del equipo y casi un lujo en la plantilla, Kluivert se ha convertido en el chivo expiatorio del Barça especialmente desde que no acertó en el Bernabeu y estuvo desaparecido el martes pasado ante el Juventus. Su estigma llegó un día después hasta el Pati dels Tarongers, donde el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, ofreció el tradicional desayuno institucional el día de Sant Jordi. Allí, ante las cámaras y un nutrido grupo de personas, Pujol conversó ante Enric Reyna, el presidente azulgrana. "Tenéis un jugador muy malo ¿Cómo se llama? ¿Kluivert?", le dijo Pujol. "Sí. Kluivert, es muy malo", convino Reyna. La charla fue difundida y provocó la irritación del vestuario. Ayer, antes del partido, Reyna rectificó ante la prensa. "Kluivert es un gran futbolista y si el Barça no lo tuviera, tendría que ir a buscarlo. Ya he hablado con él y está todo aclarado". Reyna, que dimitirá en mayo para convocar elecciones, se defendió criticando a la prensa: "La frase fue cue como un taco: no lo quieres decir, pero te sale. Un comentario sin más trascendencia que te sale cuando estás molesto y enfadado por la eliminación europea. No es lógico que los periodistas saquen a la luz unaa charla privada y sin permiso. Me parece poco profesional. Aprendí la lección y no volverá a pasar".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 28 de abril de 2003