El fusilamiento de una maestra en Colombia a manos de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), porque su padre no mató a un paramilitar, ha provocado durísimas críticas desde el Gobierno. "Es una locura. Es inadmisible en una democracia", dijo el presidente, Álvaro Uribe. "Hay que devolver la seguridad a los profesores en Colombia. Vamos a hacer ese esfuerzo", agregó. El defensor del pueblo, Luis Eduardo Cifuentes, afirmó que ese asesinato muestra la "degradación absoluta" al que ha llegado el conflicto.
La maestra Ana Cecilia Duque había sido secuestrada el lunes por miembros de una facción del ELN en Cocorná, departamento de Antioquia. Los secuestradores condicionaron su vida y su libertad a que su padre, Gabriel Arturo Villegas, matara a un paramilitar de las Autodefensas Unidas de Colombia. El cuerpo de Duque, de 31 años apareció en un paraje del municipio con varios disparos.
La ministra de Educación, Cecilia María Vélez, dijo que hay muchos maestros amenazados en Colombia, y afirmó que el Gobierno está trabajando en convenios con las provincias para poder atender los traslados respectivos y así garantizar la vida de los profesores.
Por otra parte, al menos tres soldados murieron y otros 10 resultaron heridos en una emboscada por rebeldes de las FARC en la localidad de Arauquita (este, frontera con Venezuela), una zona petrolera bajo control del Ejército.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 28 de abril de 2003