Si el domingo fueron los jugadores en general el gran objetivo de la ira de Jesús Gil, ayer su verbo incendiario particularizó en el entrenador, Luis Aragonés, y el delantero José Mari, cedido por el Milan. "¡Y a mí qué me importa si se enfada el técnico!", declaró el presidente rojiblanco al programa El Círculo a primera hora, de Telemadrid. "Todos somos cómplices por no atajar ciertas cosas de estos pseudoprofesionales, que salen de juerga y luego no pueden con las botas; algunos no merecen ni vivir". Por la noche, en el programa El Larguero de la cadena SER, hablaron presidente y técnico y mantuvieron sus posturas. José Mari, antes, le replicó -"el camino más corto es tirar la mierda a los jugadores"- y horas después el dueño del Atlético le sentenció: "José Mari no va a seguir aquí, cada uno tiene el final que se merece", aunque luego amainó su dureza.
"El camino más fácil es tirarle la mierda a los jugadores", contestó José Mari al presidente
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Ante tantos improperios y semejante violencia verbal, Luis Aragonés, se colocó del lado de los futbolistas y se enfadó con el dueño del club. Pero a Gil le trae sin cuidado. "Otros deberían hacer este papel de denunciar las cosas. Luis Aragonés los ha defendido por un falso profesionalismo, y pensando que debe defender a sus jugadores, lo que está haciendo es perjudicar a la empresa", añadió el presidente, quien, asimismo, reconoció que las relaciones con el técnico madrileño resultan poco menos que inexistentes. "El que habla con él es mi hijo", apostilló el dirigente rojiblanco. "Nadie es intocable", contestó el presidente cuando le preguntaron por la continuidad del entrenador. Gil fue más allá: "Me estoy replanteando todo el año que viene y ya lo estoy cambiando todo". Eso sí, luego matizó: "Luis Aragonés tiene un año más de contrato y los contratos están para cumplirlos, aunque cada uno puede hacer lo que quiera".
En El Larguero, Gil negó haber "despreciado" al entrenador y apuntó: "Desde enero [cuando Luis estuvo a punto de dimitir por unas declaraciones del presidente contra los jugadores tras el partido en Villarreal] la relación no ha sido como antes. Quizá teníamos que haber hablado más". Y sobre su continuidad indicó que "nadie es imprescindible".
Por su parte, Luis Aragonés expresó su disgusto por la situación creada y manifestó que lo primero que tiene que hacer, como preparador de la plantilla, es "defender a la empresa y a mis jugadores". Y a Gil le dijo directamente: "Jesús, no vamos a ningún sitio con esto". Confesó que pudo haber tenido parte de culpa en el planteamiento del partido del sábado contra Osasuna, y añadió: "El jugador es como un actor de teatro. Siempre quiere hacerlo lo mejor posible. Pero el sábado nadie estuvo bien". Además, le recordó a Gil: "Todos los presidentes se gastan el dinero como tú; pero te has equivocado. Piensas que hay jugadores que quieren salir al campo y hacerlo mal y eso es imposible".
G il no había tenido sólo misivas para Luis. Ayer también arremetió contra los jugadores, como ya hiciera el domingo. También deslizó que habrá muchos cambios en la plantilla de cara al próximo curso y reconoció que algunos fichajes habían sido equivocados.
El ácido discurso de Gil fue replicado por José Mari. "No me molestan sus declaraciones, nos conocemos todos. El también se ha equivocado en muchas ocasiones y nosotros todavía no le hemos acusado. Debería fijarse en el respeto que le tenemos cuando se confunde y no cumple. Creo que en este momento el equipo tendría que estar más unido". José Mari, quien, al igual que sus compañeros, ha sufrido esta temporada el impago de sus honorarios en más de una ocasión, sí aceptó el enfado de la afición, pero enfatizó: "No se puede dudar de la dedicación de los jugadores".
Gil, tras decir a última hora de la tarde que José Mari no seguirá, en El Larguero suavizó. Dijo que no tenía intención de echarle por tales declaraciones. "Sería muy ruin por mi parte".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 29 de abril de 2003