La cotización del barril de crudo brent en el mercado de Londres retrocedió ayer por quinta jornada consecutiva hasta situarse en 23,50 dólares. Desde hace tan sólo cinco sesiones, el barril de entrega en junio se ha abaratado en torno a 2 dólares y ayer cotizaba a un mínimo de unos cinco meses. El descenso del precio no tiene una única explicación. En Nueva York cerró a 25,49 dólares, 77 centavos menos.
El recorte de producción de dos millones de barriles diarios decidido por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), el pasado jueves, no ha impulsado los precios. En parte se ha debido a que la medida no entrará en vigor hasta el 1 de junio. Si además se tiene en cuenta lo que tarda en llegar el crudo a los puertos de Occidente, el recorte no se sentirá en el mercado por lo menos hasta mediados de ese mes. Añadido a esto, la OPEP ha recortado su producción, pero los 10 miembros (Irak está excluido, al menos de momento) tienen la posibilidad de producir individualmente más que antes, por lo que el recorte, en términos reales, es menor que el anunciado.
Otra cuestión que ha pesado para que los precios descendieran es que las existencias en EE UU han aumentado y las expectativas del mercado son que crezcan más todavía. A pesar de la huelga venezolana, de la escalada de la violencia en Nigeria y la guerra, las importaciones y las reservas estadounidenses no pararon de aumentar. Añadido a esto, la economía estadounidense tampoco está creciendo a un ritmo que haga pensar que habrá un fuerte incremento de la demanda.
Por último, se prevé un fuerte descenso del consumo en China y la región del este de Asia si se extiende la neumonía atípica. La región, impulsada por el fuerte crecimiento que la economía china ha estado registrando un alza del PIB del 8% anual en el último decenio, puede sufrir un fuerte parón económico si no se logra controlar el contagio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 29 de abril de 2003