María del Carmen C. V. intentó robar el sábado en El Corte Inglés de la avenida Diagonal de Barcelona y ayer por la tarde se sentó en el banquillo. Su caso fue uno de los 21 juicios de faltas señalados por el juez de guardia de la capital catalana en aplicación de la nueva ley. Más que justicia rápida, en este caso se trató de justicia supersónica.
El juicio apenas duró cinco minutos, porque la mujer reconoció los hechos. El sábado entró con unas prendas en el probador de la planta de moda femenina y cuando salió la ropa había desaparecido. Y no porque la llevase puesta, según captaron las cámaras de seguridad. Al intentar abandonar los grandes almacenes sin pasar por caja fue descubierta. Las prendas estaban escondidas en su bolso y había intentado neutralizar la etiqueta de seguridad envolviéndola en papel de plata. La ropa que intentó sustraer valía 353 euros. Ayer la acusada pidió perdón en el juicio y dijo estar arrepentida. La fiscal reclamó 360 euros de multa por una falta de hurto. Su abogado reclamó que se rebajase a 90 euros. El jueves habrá sentencia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 29 de abril de 2003