Unas 120 personas vivieron anoche momentos de angustia dentro de un avión en el aeropuerto de Barajas (Madrid). En su vuelo, procedente de Frankfurt y fletado por la compañía alemana Lufthansa, viajaban 20 chinos. Y uno de ellos, una niña, dio muestras durante el vuelo de estar enferma, con sudor y síntomas de fiebre alta.
La tensión de los pasajeros llegó al extremo, según algunos de ellos, cuando las azafatas se colocaron unas mascarillas ante la posibilidad de que la niña sufriera neumonía. Según la versión de los pasajeros, las asistentes de vuelo no ofrecieron esa protección a los viajeros, entre los que había algunos niños.
Al llegar a Barajas, el avión fue trasladado a una zona aislada del aeropuerto. Por los megáfonos -sólo en alemán y en inglés- el comandante informó de la situación: nadie podía salir del avión hasta que no llegaran las autoridades sanitarias a hacerse cargo del enfermo y controlar el posible contagio a los demás.
Pasó el tiempo, y subió la tensión. Santiago Montero, un pasajero, mostraba su enfado con la compañía alemana: "En Frankfurt vi un jumbo de Air China y cómo 20 pasajeros se venían con nosotros. Pero esto no ha sido una sorpresa. A la niña se la veía enferma desde el principio. No tenían que haberla dejado subir".
Pasadas la 2,00 de la madrugada de hoy, tras tres horas de tensa espera, los pasajeros rellenaron un formulario con sus datos y pudieron salir del avión. Luego recogieron sus maletas y se fueron a casa, incluidos los viajeros chinos. Sólo la niña y sus familiares fueron trasladados a un hospital.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 30 de abril de 2003