El de ayer fue el primer mitin de José María Aznar en esta precampaña en el que no atacó al PSOE. Probablemente, porque tres de sus acompañantes en la candidatura del PP al Ayuntamiento de Bilbao proceden de la izquierda -Iñaki Ezkerra, Vidal de Nicolás y Edurne Uriarte, ésta última ex dirigente del Partido Socialista de Euskadi- y para reivindicar una alternativa constitucionalista contra el nacionalismo. Así es que Aznar atacó al nacionalismo sin contemplaciones: "Va a dejar al País Vasco fuera de Europa, aislado y empobrecido por la exclusión y por la coacción terrorista".
Aznar, farolillo rojo de la candidatura del PP en el Ayuntamiento bilbaíno con el puesto 29, acudió ayer por vez primera a la capital vizcaína, con motivo de la proclamación de su candidatura. Habían pasado tres meses desde que anunciara su participación en las listas vizcaínas en la Convención del PP de enero y dos meses más desde que, en noviembre, le hizo el ofrecimiento el cabeza de lista de los populares bilbaínos para el Ayuntamiento, Antonio Basagoiti, en un encuentro en La Moncloa.
El presidente del Gobierno, que anunció su candidatura cuando aún coleaba la tormenta política por la catástrofe del Prestige, ha tenido que esperar para acudir a Bilbao -donde el PP cuenta con un sólo concejal menos que el PNV- a que escampe la marea política suscitada por su apoyo a Geroge W. Bush en la guerra de Irak. Sus asesores le habían recomendado que esperase a este momento, a la vista también de que su participación en las listas suscitaba algunas dudas entre algunos dirigentes del PP vasco sobre su oportunidad.
También le recomendaron que no atacase a los socialistas, con quienes los populares vascos pretenden lograr algunos pactos poselectorales en puntos estratégicos como Álava, Margen Izquierda del Nervión e incluso Bilbao -si el resultado les fuera favorable- para frenar al nacionalismo.
Aznar les hizo caso y dirigió a los asistentes un discurso monográfico contra el nacionalismo en su conjunto, el del PNV y el de Batasuna, en un restaurante del monte Artxanda, acompañado de los miembros de su candidatura.
Aprovechó las críticas que el nacionalismo le ha dirigido por presentarse como candidato por Bilbao -"por no ser de aquí"- para acusarles de practicar la "exclusión". "Esos que se dicen tan demócratas y tan europeos niegan que un español de Murcia, de Santander, de Madrid o de Valladolid pueda incorporarse a una lista en cualquier localidad del País Vasco, cuando un alemán puede presentarse como cabeza de lista por Andalucía o un portugués por Arrigorriaga". Y, dirigiéndose a los candidatos de su partido, señaló: "Nuestra participación en las listas, mayor que nunca, es la primera derrota de quienes quieren imponer la limpieza étnica y terminar con la libertad".
Cuando llegó Aznar al monte Artxanda ya sabía que la Fiscalía y la Abogacía del Estado tenían muy avanzados los recursos que hoy presentarán ante el Tribunal Supremo contra las candidaturas independientes en ayuntamientos vascos y navarros propiciadas por Batasuna. De ahí que reiterara su objetivo de "no detener la lucha contra ETA, contra sus organizaciones y contra sus apoyos hasta que el terrorismo sea definitivamente derrotado".
En defensa de la Ley de Partidos y de la ilegalización de Batasuna y en contra del nacionalismo que acusa a esta norma de ilegalizar ideas, replicó: "Se ilegaliza el terrorismo, sus organizaciones cómplices y sus apoyos; a los que se convierten en caja de resonancia para que se extienda el miedo; a los que han querido llenar de violencia las calles del País Vasco. Y se hace para garantizar las libertades de todos en el País Vasco".
Complicidad con ETA
A partir de ahí, centró sus ataques, en su primer mitin preelectoral vasco, en el lehendakari, Juan José Ibarretxe, en su plan soberanista y en su "complicidad con Batasuna y, por tanto, con el terrorismo de ETA". Dijo que "lo intentan vender como un camino de Europa" cuando "el proyecto europeo es incompatible con esas absurdas pretensiones políticas". También lo rechazó porque "rompe la convivencia en el País Vasco". "Mienten quienes dicen que traerá la paz", agregó.
No faltó una acusación a Ibarretxe por "mentir" al decir que "Madrid no quiere desarrollar el Estatuto de Gernika". Tras recordar que el Gobierno vasco no quiere asumir la competencia en políticas activas de empleo, como disponen otras comunidades autónomas, Aznar aprovechó para arremeter también contra Izquierda Unida de Euskadi, miembro del Gobierno autónomo. "El PNV está en el Gobierno, afirmó, "gracias a un acuerdo con el comunismo más oxidado en virtud del cual, por ejemplo, se ha comprometido a parar el tren de alta velocidad en el País Vasco".
Aznar arremetió contra el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, cuando en la jornada del Aberri Eguna dijo que "el País Vasco casi está en guerra con Madrid para que se reconozca a los vascos en Europa". "Nosotros no estamos en guerra contra nadie y por no estar tampoco contra los que nos la declaran desde una tribuna en un acto del tiempo pascual en Semana Santa".
Aznar insistió en que Ibarretxe y el PNV mantienen acuerdos con Batasuna, en lo que llamó "Pacto de Estella 2", y en referencia al plan soberanista del lehendakari. Y arremetió con toda dureza contra ambos: "¿Qué puede esperarse de unos que pactan con una organización terrorista para excluir a todos los que no son nacionalistas y tienen el cuajo de negarlo? ¿Qué puede esperarse de los que se empeñan en obtener beneficios políticos a costa del sufrimiento de los demás?".
Aznar, que había dicho a Basagoiti que el 25 de mayo le iba a llamar para felicitarle por la victoria, fue respondido con un optimismo no inferior por el primer candidato popular: "El PP conseguirá en Bilbao que Ibarretxe retire su plan".
El jefe del Ejecutivo terminó su jornada en Bilbao conversando con los candidatos sobre el plan de ampliación del metro por los barrios y la situación de los trabajadores autónomos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 1 de mayo de 2003