Cuando el plan de paz, la Hoja de Ruta impulsada por la comunidad internacional para resolver el conflicto israelo-palestino, no había aún cumplido sus primeras 24 horas, el Ejército de Israel desencadenó una ofensiva militar contra el suburbio de Shajaiyah, al este de la capital de Gaza, considerado un baluarte de Hamás. Murieron 12 personas, entre ellas dos niños de dos y 13 años. Ocho soldados israelíes resultaron heridos en la operación, que se prolongó durante 15 horas y fue una de las batallas más sangrientas desde que comenzara la Intifada hace dos años.
Centenares de soldados de infantería de las brigadas Givati y Golani, consideradas la aristocracia del Ejército israelí, con cobertura de más de 60 carros de combate y blindados y decenas de helicópteros Apache de fabricación estadounidense, irrumpieron ayer poco antes de las dos de la madrugada en este barrio de Gaza, con la misión de localizar y acabar con los miembros del clan Abu Hin, considerado uno de los máximos responsables de las Brigadas de Ezzedine Al Qasam, el ejército secreto de Hamás en la zona.
Los soldados rodearon la casa de la familia Abu Hin, situada en el centro del barrio, y les ordenaron salir desarmados y con las manos en alto. La respuesta no se hizo esperar y los tiros partieron de todas partes. La ofensiva militar, que estaba diseñada como una operación relámpago, se prolongó durante cerca de 15 horas. Fue una de las batallas más sangrientas entre el Ejército israelí y la resistencia palestina desde que hace dos años se iniciara la Intifada. Kofi Annan, secretario general de la ONU, condenó la acción porque mina los esfuerzos internacionales de paz y Estados Unidos pidió contención a su aliado: "Desploramos profundamente las muertes de civiles ocurridas en Gaza", dijo anoche Jo-Anne Prokopowicz, portavoz del Departamento de Estado.
El asedio a los Abu Hin duró hasta bien entrada el alba. Entonces, los soldados aceptaron negociar y dieron permiso a los vecinos del inmueble y de las casas cercanas para abandonar sus viviendas. Después, los artificieros colocaron cargas de dinamita en la casa. La explosión se escuchó desde los puntos más alejados de la ciudad de Gaza. Los cuerpos del dirigente de Hamás Yussuf Abu Hin, de 38 años, responsable del clan militar, y de sus hermanos Ayman y Mahmud, de 30 y 29 años respectivamente, quedaron sepultados por los escombros de lo que había sido su vivienda.
Pero la operación tuvo también efectos colaterales, eufemismo militar de muerte de civiles. Amir Ayyad, de dos años, hijo de un herrero del vecindario, fue abatido por un disparo en la cabeza, mientras estaba en brazos de su madre. "No podíamos salir de la casa. Estábamos sentados en el suelo, en el centro del salón, tratando de protegernos de las balas, en medio de la oscuridad. Los proyectiles entraban por todas partes y alcanzaron al pequeño", aseguraba ayer a la prensa entre sollozos un familiar.
Otros corrieron una suerte similar cuando, presas del pánico, trataron de salir del barrio a pie en medio de la batalla aprovechando la noche. Fueron alcanzados por las balas. Según un primera evaluación hubo 12 muertos y más de 60 heridos. Ocho soldados israelíes resultaron también heridos.
Operación en Hebrón
Simultáneamente a esta operación, blindados del Ejército israelí irrumpieron en la localidad de Yatta, cercana a Hebrón, en Cisjordania, donde mataron a otros dos dirigentes locales de Hamás. E nlos campos de refugiados de Rafah cercanos a la frontera con Egipto, los soldados dinamitaron ocho casas.
"Israel ha lanzado sus carros en la franja de Gaza como respuesta a la Hoja de Ruta", aseguraba desde Jericó Saeb Erekat, ministro palestino de Negociaciones, mientras desde diversas capitales europeas se hacían gestiones para que el Gobierno de Ariel Sharon retirase las tropas.
Un portavoz del Ministerio de Exteriores de Jerusalén aseguraba ayer por la tarde, a modo de excusa, que la operación de castigo contra Gaza, no tenía nada que ver con la Hoja de Ruta, que se trataba de dos hechos sin ninguna relación, ya que "la acción del Ejército estaba preparada desde mucho antes" de que se difundiera el plan de paz.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 2 de mayo de 2003