En tiempos de Sadam Husein, tener un retrato del ayatolá Jomeini podía suponer varios años de cárcel o, durante los años de la guerra con Irán, la condena a muerte por traición. Ahora es una imagen normal en muchas celebraciones religiosas, como las masivas peregrinaciones de la semana pasada a Kerbala y la de ayer a Nayaf. No es el único símbolo de que Irán está ganando peso en el interior de la política iraquí.
Los medios de comunicación iraníes dirigen sus emisiones hacia el país vecino y numerosos clérigos iraquíes han vuelto del exilio iraní para poner en práctica la organización social modelada desde Teherán. La ciudad santa de Nayaf es el centro desde el que se dirige el experimento y las peregrinaciones, el símbolo del nuevo poder chií.
Un sonido, que a lo lejos es parecido al de cientos de tambores, llena las calles del centro de Nayaf, uno de los lugares intelectuales del chiísmo en donde el ayatolá Jomeini, líder de la revolución islámica iraní, pasó varios años de su vida. Pero lo que suenan no son tambores. Se trata de cientos de miles de peregrinos que se golpean en el pecho en recuerdo de la muerte de Mahoma y, años después, de su yerno Alí, en el siglo VII. Ayer se celebraban ambos aniversarios. Un millón de personas se dieron cita en este centro espiritual desde el que se dirige y administra gran parte del centro y sur de Irak completamente al margen de los proyectos de los estadounidenses, de cuyas tropas no hay rastro en la ciudad. Estricto orden, control en las calles, aun en medio del caos festivo, y la aplicación práctica de la ley islámica son la principal característica de Nayaf, donde el poder de los religiosos en todos los aspectos de la administración es evidente. "Esta organización proviene del pueblo, que acepta nuestras órdenes y nuestra sabiduría. Nosotros sólo impartimos las órdenes, pero es el pueblo quien las aplica", explica el mulá Mohamad Rila al Salami, portavoz del Congreso Islámico en Nayaf, una de las organizaciones del Consejo Supremo para la Revolución Islámica en Irak. El religioso chií no oculta su satisfacción por el orden que reina en las zonas controladas por ellos comparado con el caos de otras partes. "Aquí tenemos una prueba de que los chiíes hemos podido controlar la situación, y estamos dispuestos a asumir el control en todas las zonas de Irak".
Junto a las banderas de colores abundan los retratos del yerno de Mahoma y las fotos de diferentes líderes espirituales chiíes, y entre ellas no falta la de Jomeini. No es el único símbolo iraní que aflora desde hace 15 días en Irak. La única televisión que puede sintonizarse sin necesidad de satélite es la iraní, que ha creado un canal en árabe que transmite las 24 horas con una atractiva programación que incluye partidos de fútbol de las ligas española e italiana y competiciones europeas. Además todos los viernes -día santo musulmán- es posible para los chiíes iraquíes seguir en directo por radio y televisión la oración principal, discurso político incluido, desde la Universidad de Teherán, y las alocuciones del líder espiritual de Irán, el ayatolá Alí Jamenei. Fue Jamenei quien la pasada semana acusó a los soldados de EE UU de "tocar" a las mujeres iraquíes durante los registros, lo que ya ha provocado manifestaciones.
El mulá Al Salami, consciente de que el 60% de los iraquíes son chiíes, y satisfecho por el millón de personas llegadas a Nayaf y los ocho millones que durante la semana pasada peregrinaron a Kerbala, exige que se deje hablar al pueblo. "Lo que queremos es que todo vuelva a la normalidad y que se instaure la democracia. Como islamista quiero extender todo lo relativo al islam en el pueblo iraquí, pero eso es algo que el pueblo debe decidir", y añade: "Tenemos un 80% de seguridad de que va a ocurrir algo grande en Irak".
En Nayaf, los representantes oficiales eluden las comparaciones con Irán. "La relación con Irán es puramente islámica, no tiene nada que ver con el Gobierno", asegura Hasan Isa al Haquin, rector de la Universidad islámica de Kufa, situada a 10 kilómetros de Nayaf y en la que Jomeini terminó sus estudios de teología. Para el rector, primo del líder chií iraquí, Mohamed Baqer al Hakim, "el islam es el islam, independientemente de lo que sea el Gobierno. ¿Pero existe influencia de Irán? "Existe influencia del islam, que es lo único que importa", responde.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 2 de mayo de 2003