Leo las declaraciones del alcalde de Sevilla cuestionando el proyecto de aparcamiento subterráneo en Encarnación. Me alegra comprobar que nuestro alcalde, por fin, se ha dado cuenta de la importancia del espacio de Encarnación para la ciudad. También hay que apuntar que ha tardado mucho en posicionarse.
Lo que me sigue causando incredulidad es la postura de los comerciantes, del mercado y del centro. Arguyen que el aparcamiento les es útil porque potencia la llegada de clientes desde la periferia. ¿No se acuerdan ya de los problemas cuando se cortó el acceso de autobuses a Encarnación? Entonces quedó claro que las personas que vienen a comprar al centro vienen en autobús mayoritariamente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 3 de mayo de 2003