Miles de palestinos se manifestaron ayer por las calles de Gaza contra su primer ministro, Abu Mazen, mientras acompañaban hasta el cementerio los cuerpos de los 12 muertos del día anterior durante una ofensiva del Ejército israelí contra la cúpula militar de Hamás.
En la manifestación, la dirección de las Brigadas de Ezzdinee Qasam, el ejército secreto de Hamás, difundió un comunicado en el que amenaza con represalias a aquellos que traten de desarmar las milicias palestinas, en una clara advertencia al primer ministro, Abu Mazen. En su discurso de investidura del lunes, Mazen anunció que pondrá fin al "caos armado" y desarmará a las milicias. El comunicado condenaba también una vez más el plan de paz denominado Hoja de Ruta y consideraba "colaboradores de Israel" a todas las fuerzas políticas palestinas que trabajaran para su puesta en práctica.
El desafío de los sectores radicales palestinos contra el primer ministro, Abu Mazen, confirma los temores de los servicios secretos israelíes, que aseguran que el nuevo jefe de Gobierno podría ser víctima de un atentado de las organizaciones radicales.
Por su parte, el Ejército israelí cerró ayer la franja de Gaza, impidiendo la entrada y la salida de los palestinos, y sometiendo a la prensa extranjera a largas esperas de hasta siete horas para impedir su acceso a la zona. El cierre fue también para los cooperantes internacionales y los militantes pacifistas internacionales, que en los últimos años se han concentrado en las zonas palestinas más castigadas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 3 de mayo de 2003